En los primeros cinco meses del año, la faena cae un 9% con respecto a igual período del año pasado, mostrando una reducción superior a la proyectada a principios de año: se esperaba una faena de 13,5 millones de cabezas para el 2024 y la tendencia de enero-mayo apuntaría a una matanza de 13,2 millones de animales.
Una baja tan fuerte en la oferta ganadera podría indicar que estaríamos entrando en una fase de retención, pero los indicadores del ciclo ganadero, especialmente la participación de las hembras en la faena, revelaría otra cosa: con un 50% de kilos en la faena en abril, podríamos asumir que estamos todavía atravesando la “cola” de un proceso de caída de existencias.
Tanto la faena de vacas como la de vaquillonas de los últimos meses indican que ambos indicadores están todavía por encima de los niveles de equilibrio. La retención no arrancó aún.
De acuerdo con los datos de Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (Senasa), a partir de los DTE y envíos a faena, entre enero y mayo de este año, la faena de vacas cae un 11% con respecto a igual período del año pasado, momento de intensa seca y sobrante de vientres, y la faena de vaquillonas. También en los cinco primeros meses del año, cae sólo un 4% con relación a los altísimos registros del 2023.
En cuanto a la matanza de novillos, cae un 10%, lo que sugeriría que se podría estar alargando la recría, a favor del buen estado de los campos, aunque también puede interpretarse que esta merma en la faena de novillos obedece a ventas adelantadas realizadas durante gran parte del 2023, a causa de la seca. También baja en los cinco primeros meses la faena de novillitos, en un 11%.
En las últimas semanas se acentúa la caída en la oferta de las categorías livianas de consumo (novillitos y vaquillonas), lo que explica sus mejores precios relativos. Escasez de novillos Hilton y de novillitos de consumo, y en las últimas semanas también de vaquillonas.
Transcurridos ya cinco meses del año, la proyección de la producción de carne vacuna para 2024 podría reducirse entre 2,95 millones a 3 millones de toneladas, con un consumo de entre 43 a 44 kilos por persona, y una exportación de 950 mil toneladas anuales. El boom exportador todavía no aparece.
Incumplimiento con la cuota Hilton
Por primera vez en seis años, en el ciclo 2023/2024, nuestro país dejaría de cubrir unas dos mil toneladas de la cuota Hilton adjudicadas. Los precios actuales de rump and loin (R&L) no son malos –U$S 14 mil por tonelada–, pero la falta de novillos aptos para cumplir con el cupo se ha vuelto crítica.
Los frigoríficos exportadores dicen que Senasa ha dado de baja en los últimos años la habilitación Hilton a miles de campos –generalmente por la presencia de corrales– y que al reabrirse los registros muchos establecimientos ganaderos no se reinscribieron.
Una cantidad alta de novillos pesados o entrepesados se termina a corral, lo que los vuelve una mercadería muy buscada por los exportadores, quienes con ese animal no sólo pueden cubrir la cuota 481, sino también abastecer mercados que premian un animal con mayor marmoreado. Los mercados de alto precio y calidad que se están abriendo en Asia, incluida China, demandan un novillo con no menos de 100 días de corral, y los mejores precios se obtienen con engordes largos, de hasta 200 días.
Por Ignacio Iriarte - Analista Mercado Ganadero
Fuente: Agroeducacion