Con un título en Administración de Empresas Agropecuarias y un Máster en Administración y Dirección de Empresas, hasta el año 2018 la vida laboral de Paola Carreño transcurría como directora de la carrera de Agronegocios en la facultad donde se graduó. Sin embargo, una propuesta desafiante fue el puntapié inicial para que comenzara su recorrido profesional como asesora de empresas e instituciones en el sector cárnico. “Me invitaron a asesorar una empresa y fue un desafío bastante extraño al principio. No lo esperaba porque siempre estaba vinculada con otras economías regionales de la argentina pero no con la carne”, recuerda.
Con el tiempo fue aprendiendo las peculiaridades de este rubro y comenzó a trabajar con el Grupo Pilagá, en donde lideró la unidad de negocios Pilagá Carnes: “Fue realmente el gran desafío porque cuando hicimos la primera exportación, a los tres meses de haber iniciado, se cerraron las fronteras por la pandemia. Por lo que empezaron los problemas pero al mismo tiempo las ganas de buscar alternativas para ver cómo hacíamos para cumplimentar todo lo que teníamos vendido”. Entre otros avances, colaboró en que la empresa sea la primera en el rubro cárnico en incorporar un sistema de Blockchain en Argentina, “lo cual es sumamente importante porque pueden dar a conocer la proveniencia del producto, el origen y los sistemas productivos a través de la trazabilidad”, dice.
Los clientes se fueron sumando, no solo frigoríficos sino también asociaciones como Braford, para la cual está trabajando en el primer proyecto de medición de las características de calidad de esta raza. Además asesora sobre mercados halal y kosher, pero su punto fuerte, afirma, es el “desarrollo e introducción de marca desde el punto de vista de percepción del consumidor y de la calidad”. En definitiva, abarca el asesoramiento de todos los conceptos que se interrelacionan con el desarrollo de la cadena de valor agregado de la carne
Expoagro (E): ¿Sentiste que te costó un poco más insertarte en el sector cárnico por ser mujer?
Paola Carreño (PC): Al principio sentí que me costó un poco encajar en la industria al querer decir que tenía una idea diferente, pero no desde las empresas que asesoraba, sino dentro del sector. Sé y reconozco que no es lo habitual que haya mujeres en este ámbito pero no lo vivo como algo diferente sino como una oportunidad para aprender de ellos.
Me ha pasado de sentir que tengo que hacer el doble de esfuerzo para poder demostrar lo que digo, como si la voz fuera bajita. Pero cuando se ven los resultados positivos empieza todo a agilizarse. El tener una mirada de afuera o totalmente extraña del mercado, permite abrir posibilidades.
Asimismo conocí gente fantástica y me siento un poco como la niña mimada. En las empresas que asesoro me dan un lugar de confianza muy importante. Los cuido mucho y, desde la honestidad y el profesionalismo, ellos siempre me respetan. Valoro mucho el espacio que me dan porque eso me permite ser creativa en situaciones donde hay que tomar decisiones rápidas.
E: ¿Qué tenés en cuenta al asesorar a empresas en el rubro cárnico?
PC: Tengo en cuenta el mercado, las percepciones. Me parece que la psicología en los negocios es muy importante, así como el perfil de las empresas. Cuidar a las personas y estar convencida de lo que digo para mí es fundamental en el asesoramiento. Si algo no lo sé, lo estudio e investigo.
Asesorando a empresas donde son productores y exportadores desde el campo hasta la mesa del consumidor, porque hacemos introducción de marca y desarrollo, e incluso dando soporte a los importadores, hay muchísimos desafíos en donde la base está en solucionar problemas.
E: ¿En qué te considerás disruptiva?
PC: Pensar y comunicar diferente, porque hay muchos canales que nos permiten mostrar lo que hacemos, eso es lo disruptivo. La carne siempre va a ser un commodities pero hay una parte que empieza a dejar de serlo, que tiene que ver con la atención de un nicho específico y con el soporte que se le da al importador. Se logra una diferenciación y no solo por producto sino por procesos.
Cuando empezamos a exportar con Pilagá fuimos al mercado árabe, donde el frigorífico todavía no había exportado, y para los importadores también era algo nuevo. Hicimos desarrollo de marca en un supermercado local, por ejemplo.
Fuimos disruptivos en el sentido de que no era lo esperado porque todos nos decían por qué no empiezan por China que es lo más fácil. Hicimos innovación comercial. Entre otras cosas, estrenamos el sistema de Blockain que es importante para la inocuidad, hicimos soporte al supermercado importador del reino de Baréin.
También, siendo parte de una empresa innovadora, pudimos adaptarnos a los nuevos lineamientos de la Unión Europea. Hace seis meses que estamos exportando carne validada libre de deforestación. Estamos trabajando con una certificación silvopastoril y para otras empresas estoy haciendo un desarrollo de producto específico que tiene que ver con agregado de valor en carne.
E: ¿Hay un avance en ganadería sustentable?
PC: Creo que la manera de trabajar para que todas las producciones sostenibles sean económicamente rentables y amigables con el medio ambiente es pensando en todo lo que se hizo, y que hay que tratar de solucionar, y también en las generaciones futuras. Hay mucho para hacer en manejo de recursos, en cómo producir más, de una mejor manera.
En la Argentina hay muchas producciones sustentables que debemos poner en valor para dar a conocer. Porque cuando hay un mercado que lo está pidiendo por qué no mostrarle lo que estamos haciendo bien y lo que no hacemos tan bien intentar mejorarlo.
E: ¿Cómo ves al sector cárnico argentino?
PC: Lo veo muy bien. Me parece que este año se nota que tiene intenciones de medir y empezar a segregar calidad. Eso es importante porque el mercado lo está pidiendo. No podemos dejar de ver cómo venden otros proveedores de alimentos y de carne como Estados Unidos o Australia. Es muy interesante que en Argentina empiecen a haber frigoríficos que miden calidad, porque va a unir a toda la cadena. El exportador y el frigorífico pueden vender según sus rasgos y parámetros en base a lo que el mercado dice que es calidad, poder ganar y ser más rentables y poder clasificar esos cortes. También es muy importante que el productor empiece a medir y a conocer, porque así va a poder diferenciar su carne. Es un ganar – ganar para todos.
El principal desafío es amigarnos entre los eslabones de la cadena para verla de una manera más sistémica. También, como desafío, está bueno no estar tanto en la crítica sino tener una visión más unificada, seguir los pasos del INAC en Uruguay por ejemplo. Creo que la Argentina debe seguir haciendo las cosas bien como lo viene haciendo y estar al tanto de lo que quiere el mercado.
El IPCVA también está trabajando de una manera increíble en distintos mercados internacionales, haciendo mediciones de riesgo para la Unión Europea y otras exigencias del mundo, y en la promoción interna viendo cuáles son las demandas.
E: ¿Los cambios de hábitos del consumidor afecta a la producción de carne y comercialización?
PC: Hay distintas tendencias, el veganismo es una muy fuerte, pero de modo general si se miran los números duros no afecta, porque Asia está aumentando su consumo de carne per cápita por año. Pero sin dudas no se puede mirar para otro lado porque es una tendencia fundamentalmente en el estrato de personas más jóvenes.
Por otro lado la carne tiene muchos beneficios para la salud y eso también es un cambio de hábito. Antes se decía que comer carne todos los días no era algo bueno, pero se fue modificando y los médicos hablan de sus propiedades y beneficios para el desarrollo cognitivo y deportivo de una persona.
Por el lado de los importadores no noto preocupación por los cambios de hábitos, pero sí en qué y cómo estamos produciendo como proveedores de proteína cárnica.
E: ¿Cuáles son los tips para quienes quieran ingresar en el negocio cárnico?
PC: Lo primero es escuchar al cliente, después calidad y frecuencia. Todo viene de la mano de escuchar al mercado que es bastante diferente de un país a otro, de un nicho a otro. Fundamentalmente entender la necesidad del importador. También hacer un seguimiento hasta el final, conocer cuál es el canal de venta que tiene el importador, que puede ser un hotel o un supermercado por ejemplo, y ver qué soporte comercial está necesitando.
Calidad y consistencia, cuando se tiene un acuerdo comercial hay que cumplirlo. Cuando el cliente quiere un determinado producto, hay que dárselo. Cuando hay un buen cliente se convierte un partner, esa relación a largo plazo hay que conservarla y solamente se hace con consistencia en el producto, en los envíos y en la palabra. Hay que trabajar duro y con profesionalismo.
E: ¿En qué consiste el proyecto de Carnes Braford?
PC: Empezamos hace unos meses, se trata de una caracterización por región. Tenemos dos grandes objetivos: puertas afuera es mostrarle al mundo y a los distintos países que está la carne Braford y que responde en modo general a producciones sustentables donde en su mayoría son silvopastoril bajo monte nativo en el norte del país. Puertas adentro queremos empezar a medir los atributos que tiene la raza unidos a los esperados por el consumidor de distintos mercados, así empezamos a trabajar la percepción de calidad. Tenemos parámetros objetivos y otros que no lo son tanto, pero todos muy importantes.
Empezamos analizando las regiones del NEA, NOA y del centro del país, midiendo por sistemas productivos a grano y pasto. Se realizan mediciones en animal vivo, en media carcaza y realizamos análisis de calidad sensorial y organoléptico en ICOCA, una de las únicas dos escuelas de sommelier de carne que existen en el mundo.
E: ¿Cuáles son los beneficios de contar con estas mediciones?
PC: Estamos viendo que hay una tendencia importante en lo que es el marbling. Con estas mediciones podemos ver el marmoleo, por ejemplo. Pero también nos permite saber, como productores, qué animales estamos produciendo en carne para poder mejorar las distintas variables, de esta forma se va a mejorar la relación con el frigorífico. Uno mide para mejorar, por lo que es beneficioso para toda la cadena.
E: Si viajáramos atrás en el tiempo ¿volverías a aceptar el desafío de asesorar al sector cárnico?
PC: Absolutamente, estoy enamorada del sector cárnico. Me apasiona, no sabía que me iba a gustar tanto. Son esas cosas a las que te va llevando la vida y estoy muy agradecida. Tiene desafíos constantemente, es un estrés bueno porque me permite avanzar.
Por Paola Papaleo
Fuente: Expoagro