El mercado tiene puestos los ojos en el presidente electo. Sabe que Massa sólo puede administrar la transición, en el mejor de los casos, con cierta calma financiera.

Ello quiere decir que difícilmente se abandone el cuadro de micro-depreciaciones diarias del peso, en el mercado oficial, sin tomar en cuenta el tipo de cambio para las exportaciones, antes del 10 de diciembre.

Con el dólar anclado hasta el 15 de noviembre y, luego, bajo un proceso de crawling peg (que acusa un ritmo mensualizado de tan solo algo más del 4%) lleva mucho tiempo….La bomba cambiaria se hace cada vez más fuerte.

La política de dejar el tipo de cambio fijo por 3 meses, con un ritmo de inflación cercano a una tasa del 10% mensual, generó un atraso del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) del 12% desde las PASO, alcanzando el nivel más bajo desde abril de 2018.

Lo lógico, en tal caso, resulta esperar que la bomba se accione el mismo 10 de diciembre, horas más, horas menos. Tómese en cuenta que durante este año las reservas han acumulado ¡una caída de USD 23.063 millones!

Milei fue claro: “no hay lugar para el gradualismo”. En otras palabras, se viene una fuerte devaluación que llevaría al dólar a un estrato superior al correspondiente del programa de incentivo a las exportaciones y posiblemente sin desdoblamiento cambiario.

El mercado de futuros lo considera un hecho. Así, el dólar aumento, al día siguiente del balotaje, cerca de un 20%, para diciembre.

Hasta el cambio presidencial, para no abandonar el cuadro de micro-depreciaciones diarias, el Banco Central deberá usar las escasas municiones para tratar de reducir las expectativas de devaluación lo que dejaría una situación patrimonial del Banco Central aún más negativa para la próxima administración y por ende con mayor propensión a la devaluación.

Un verdadero círculo vicioso.

¿Entonces?

El tipo de cambio actual próximo a $350 tiene fecha de vencimiento: 10 de diciembre.

Es posible que la devaluación esperada lleve el dólar oficial a un nivel entre $700 y $750 con una baja sustancial de la brecha cambiaria –de 150% a 50% aproximadamente–.

Obviamente, ello repercutirá en los precios locales de los granos.