Lluvias de gran cobertura
El retraso de las precipitaciones de primavera había generado un escenario muy complejo para el desarrollo de la fina y para el avance de las siembras tempranas de maíz. Durante la primera parte de octubre, las lluvias mantuvieron su patrón de escasez, en gran parte de la región pampeana, con excepciones en áreas muy reducidas. En la transición de quincenas, se notó el ingreso de aire bastante frío hasta el sur de la de la zona núcleo y si bien no se registraron heladas intensas, el proceso de mezcla de masas de aire, demoró la recomposición del flujo de aire del sector norte, sobre todo su persistencia. Sin que se resolviera esta situación no se podían esperar mejoras pluviales. Los vientos del este en esta época del año no son los que definen condiciones ambientales propicias como para obtener lluvias de buen volumen. Si o si, tiene que descender el aire tropical. Los vientos del este generan una suerte de “cortina” que evita que este aire con buena carga de vapor de agua descienda hacia la franja central del país.
Finalmente desde el viernes de la semana pasada se está viendo un cambio positivo. El flujo de aire comenzó a ganar componente norte y el transporte de aire húmedo se volvió más eficiente, debido a la persistencia de este flujo. Esto tuvo un correlato rápido en la oferta de agua. Durante el sábado aparecieron lluvias bastante generosas sobre el centro sudeste de BA y luego cambiando para el domingo se concretaron las precipitaciones para la zona núcleo. Entre el domingo y el comienzo del martes, se fueron dando eventos en forma alternada en gran parte de las zonas productivas principales para la fina. Como sabemos en algunos casos estas lluvias llegaron tarde, pero en otros sectores como en el sudoeste entrerriano, la mejora llego a tiempo.
Un evento pluvial de estas características, en términos de volumen y cobertura, no se observaba desde finales de mayo. Naturalmente durante el trimestre frío es poco frecuente ver una oferta de agua generosa, sin embargo, este año se esperaba un comienzo de primavera más regular. De hecho el inicio de septiembre no fue malo para gran parte de la zona núcleo, pero desde entonces, las lluvias de importancia se retiraron, observándose pasajes frontales rápidos, con precipitaciones muy modestas.
Partiendo de la disponibilidad de reservas de humedad previas a las precipitaciones recientes, el nivel de lluvias necesario para lograr una corrección apreciable en el nivel general, rondaba los ochenta milímetros. Esta demanda por sectores fue satisfecha, pero no fue lo más común. Como resultado, el nivel de las reservas en estos días que restan para cerrar el mes de octubre, aun queda algo corta, pero descomprimiría mucho la situación deficitaria que se ha prolongado mucho más allá de cualquier previsión. Para los cultivos de la fina que llegan en condiciones de dar pelea para cerrar su ciclo, este evento se volvió decisivo.
Ahora es momento que los pronósticos confirmen el patrón más húmedo que se perfila en el mediano plazo. Es decir, debemos notar un aumento en la frecuencia de sistemas precipitantes para verificar que el sistema climático ha ingresado en una dinámica más cercana a la que puede sostener volúmenes pluviales más generosos. Validado este cambio, el fenómeno de El Niño debería a comenzar a mostrar mayor influencia, lo cual perfila un noviembre más acomodado, con mayores chances de ofrecer las lluvias normales o desvíos positivos.
Las zonas que quedaron fuera de estas lluvias son el sudoeste de BA, sur de LP, la cuenca baja del Salado bonaerense, el norte de CB, SdE y el NEA. Sobre estos sectores las lluvias fueron muy modestas. El NEA principalmente está complicado con esta persistente deficiencia. Para BA y LP, desde el domingo comienzan a llegar nuevas lluvias, esto promete un alivio que aún puede favorecer al sudoeste bonaerense.