El sector de los molinos harineros no muestra grandes cambios en su estructura y la producción de harina de trigo no evoluciona en gran volumen. Un mercado interno en crecimiento y un mercado externo en baja son suficientes para equilibrar la demanda con la oferta. De todos modos, la demanda local seguirá una tendencia positiva de los farináceos frente a otros alimentos y a precios algo por encima del índice general.

El clima de negocios del sector de las molineras es de cierta tranquilidad frente a la realidad de los mercados y de cierta preocupación en cuanto al incremento de los costos. La implementación del REH extendido a varios actores parece bastante eficaz para enfrentar el mercado informal. Esto es una buena noticia. El mercado local se halla en crecimiento. El precio de la harina se muestra ligeramente por encima del IPC -Nivel general lo cual mejora la rentabilidad de la cadena. Se proyecta que este crecimiento continuará en el marco de la altísima inflación que se vive en el país. En el marco internacional, aunque siempre cercano, las ventas a Brasil, Bolivia y Chile se están realizando por encima de los 500 dólares FOB la tonelada, unos 120 dólares por encima del año 2019. Esto compensa en parte la caída en el volumen físico. Dado que es un año en donde un cambio de política económica puede esperarse a partir del 2024 el clima es de incertidumbre como en todas las actividades de la industria alimenticia que hoy se hallan muy reguladas para la obtención de insumos y la evolución de los precios.

En cuanto a las perspectivas, los escenarios posibles para el año 2024 dependen del resultado electoral que surja en las próximas votaciones los cuales en los discursos de campaña son bastantes diferentes. En un plazo más lejano las demandas tanto internas como externas serán crecientes y la actual capacidad sectorial puede dar respuestas inmediatas a estas demandas. Siempre es esperable una mayor participación en el mercado local a partir de un mayor desarrollo de productos que contienen harinas como insumo y acceder a puertos más allá de los mercados regionales.

La producción primaria de harinas en el período estudiado muestra una tendencia al crecimiento desde el 2019 al 2022 llegando a 4,8 millones de toneladas. Se estima que en el 2023 la producción será de 4,9 millones de toneladas. Esta suba productiva se debe a una mayor demanda interna de farináceos frente a otros alimentos que crecen en su precio y pueden ser reemplazados por los que contiene harinas. Fuentes sectoriales se referían a un mercado informal que oferta farináceos que dejaba en desventaja al sector harinero formal. La implementación del remito electrónico harinero (RTH) está trayendo solución a este problema.

Con respecto a lo industrial, la producción de diferentes tipos de harinas define a la vez los destinos de usos y el precio de llegada al mercado. De los 4,63 millones de harinas producidas de trigo pan en el año 2022 el 73,0% fue de trigo triple cero que es la más adaptada a usos comunes. El 23,0% correspondió al tipo cuatro cero, una harina de usos más específicos. Una estrategia de las harineras que participan del mercado local es llegar al consumidor con productos que contienen harinas, pero están destinados a determinados usos como las premezclas para tortas, pizzas, bollerías, etc. En el caso del trigo candeal de las 210 mil toneladas producidas en el 2022 el 92,8% corresponde a sémola de trigo candeal. Para el año 2023 estimamos una producción de 4,9 millones de toneladas de trigo, pan y candeal, crecería un 1,3% respecto del año 2022.

Por otro lado, según se pudo divisar, el mercado interno de las harinas muestra crecimiento aún en épocas de alta inflación como la que se vive en el país desde el 2018 y el menor poder adquisitivo de los compradores. El mayor consumo se da en productos de panadería, galletitas, pastas y el consumo hogar de harinas para preparados caseros. El promedio del año 2019 fue de 84,49 kg/per cápita a una estimación de 97,53 kg/ per cápita en el 2023.

La tendencia de las ventas externas es decreciente en todo el período mercado externo y la causa de esta baja se debe a la intervención estatal para equiparar el precio internacional y el interno (vías cuota, baja de las retenciones, Fondo, etc.), al crecimiento de la demanda interna y el bajo crecimiento de la producción. En el año 2019 se exportaron 665 mil toneladas y la proyección para el 2023 es de 350 mil toneladas. En todo el período los compradores básicos son Brasil y Bolivia que se llevan más del 90% cada año.

Precios mercado interno

Evolución mensual del precio de la harina en $/kg en CABA. Enero 2020 a agosto 2023

El precio de la harina común al consumo según el IPC de CBA pasó de 40,65 pesos el kilo en enero del 2020 a 202,35 pesos el kilo en agosto del 2023. Esto significa que creció en este período un 398%. En el plano internacional los precios obtenidos por las ventas externas desde el 2019 fue de 332 dólares FOB la tonelada y en el 2022 el promedio de 470 dólares FOB la tonelada. Este crecimiento viene del conflicto Rusia y Ucrania y el menor volumen ofertado por Argentina hacia Brasil y Bolivia.

El consumo aparente de harinas por persona y por año muestra una tendencia positiva creciendo 10,82 kilogramos por persona entre el 2022 y el 2019. El crecimiento de los precios de muchos alimentos en general es reemplazado por aquellos que contienen harinas. Hay rubros como las pizzas, los panificados y las pastas secas son importantes en este crecimiento.

La oferta de harina de trigo a la demanda local estuvo condicionada, al menos en teoría, ante la suba del precio internacional por en conflicto de Rusia y Ucrania. Esto llevó al estado a intervenir tratando de asegurar el abastecimiento, particularmente en la industria panadera y de sobremanera evitar la suba del kilo de pan. Luego de una fallida experiencia del denominado fideicomiso se creó en Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) que da un precio de referencia de la harina en el mercado local y se financia con un porcentaje de las exportaciones de aceite y harinas de soja. Mediante diferentes resoluciones que establecieron las bases y pautas del fondo se han ido actualizando los valores de la harina en mercado interno

Asimismo, según el segmentador de empresas de Claves Información Competitiva SA, hay registradas 154 firmas en 15 provincias y CABA dedicadas a la molienda de trigo. El mayor número se halla en la Provincia de Buenos Aires con 70 empresas que significan el 45,4% del total. El número de empresas es menor en once establecimientos respecto del 2022 y la mayor diferencia se da en la provincia de Córdoba.