La agricultura es una industria que genera cada vez más datos, lo que se ha convertido en una fuente valiosa de información para los agronegocios y su eficiente aplicación es fundamental para tomar decisiones informadas y mejorar la eficiencia de las operaciones. Un correcto manejo de datos, potenciado con la implementación de la inteligencia artificial (IA), es clave para lograr un incremento de la producción y mejora en la calidad de los productos.
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Estudios recientes demuestran que la inversión en tecnologías con Inteligencia Artificial para la agricultura crecerá para el 2025, lo que con una población mundial que se espera aumente hasta los 9 mil millones de personas hacia 2050, será crucial para poder generar el alimento necesario para la seguridad alimentaria global.
El objetivo de la IA es simular la inteligencia y el razonamiento humano mediante programas informáticos. Al combinar la informática con un conjunto de datos sólidos, se pueden abordar muchos problemas e incluso predecir comportamientos. Sin embargo, a pesar de que su implementación podría ayudar a crear cadenas de suministro de alimentos más eficientes, para la mayoría de los agricultores en Chile y Latinoamérica esto representa un reto técnico y económico.
Beneficios de la IA a la industria agrícola
La IA, junto con el manejo de datos, han permitido impulsar numerosas aplicaciones en la industria agrícola. ProducePay, la plataforma de comercio internacional de productos agrícolas, presenta 7 maneras en las que la IA está revolucionando a la industria:
Optimización de la producción: al recolectar datos de factores como la humedad y temperatura, mediante sensores y aparatos especializados, se puede calcular cómo estas condiciones afectan al cultivo y aplicar correcciones que permitan incentivar el desarrollo óptimo de las plantas e incrementar el rendimiento y la calidad del producto.
Predicción del clima y optimización del agua: la IA facilita información cada vez más precisa sobre el clima, lo que ayuda a los agricultores a anteponerse a los cambios o afectaciones que algunos fenómenos puedan ocasionar. Asimismo, permite a los agricultores anticiparse a sequías o lluvias, y hacer ajustes en sus planes de riego, lo que lo hace más eficiente y evita el desperdicio de agua. La IA también puede analizar los datos de humedad del suelo para predecir el momento óptimo para regar.
Detección de plagas y enfermedades: la IA se apoya en la visión por computadora para identificar plagas, incluso antes de que sean visibles para el ojo humano y así poder evaluar sus características. Las imágenes aéreas de toda una zona de producción pueden obtenerse a través de satélites y drones, o a pequeña escala con aplicaciones móviles que utilizan cámaras.
Optimización del uso de fertilizantes y plaguicidas: la IA, con ayuda de robots, drones o vehículos autónomos, permite aplicar la cantidad adecuada del producto en los lugares donde se requiere. Esto significa una reducción de costos para los agricultores y tiene un impacto positivo en el medio ambiente, pues evita la contaminación de los suelos y del agua.
Cosecha autónoma: la combinación de la IA con sistemas autónomos puede optimizar la cosecha de diversos productos agrícolas, desde cereales hasta frutas. Estos sistemas pueden cosechar de manera precisa y eficiente, evitando dañar las plantas y minimizando el desperdicio de alimentos. Esta tecnología puede ser especialmente útil en la recolección de frutas y hortalizas delicadas.
Predicción del rendimiento y la calidad: puede ayudar en la predicción a través del análisis de datos históricos y actuales sobre el clima, suelo, uso de agua y la cantidad y tipo de fertilizantes utilizados. Al anticipar el rendimiento y calidad de su producción, los agricultores pueden tomar decisiones sobre cuánto y cuándo deben sembrar, así como planificar el momento adecuado de la cosecha.
Desafíos de la IA en la agricultura
En definitiva, la IA y el manejo de datos están revolucionando la agricultura con su capacidad para mejorar la eficiencia y la productividad. Sin embargo, su implementación en el sector también presenta algunos desafíos que deben ser superados. El principal es que los agricultores cuenten con una fuerte posición financiera que les permita invertir en mejorar y expandir sus operaciones. Otros desafíos pueden ser:
Implementación costosa. Esto hace que muchos productores no puedan acceder a esta tecnología y se limiten a prácticas tradicionales. Para hacer frente a este desafío, es necesario buscar aliados como ProducePay, que brinda soluciones financieras, gracias a las cuales los agricultores pueden hacer uso de herramientas como la Inteligencia Artificial.
Necesidad de expertos. La implementación de IA y datos requiere de expertos desde la instalación hasta la supervisión. Esto ya que se trata de una tecnología en constante evolución, que necesita de un conocimiento técnico específico, por lo que es necesario fomentar la formación y capacitación de profesionales en este campo.
Escasez de grandes bases de datos. En la agricultura no se cuenta aún con suficientes bases de datos, lo que puede dificultar la creación de modelos de predicción precisos. Sin embargo, esto también representa una oportunidad para el Big Data, que puede contribuir en la recopilación de datos y la generación de mejores modelos de predicción.
Así es como la Inteligencia Artificial evoluciona en favor de una industria agrícola mucho más dinámica, que le permita hacer frente a los desafíos, proyectar posibles inconvenientes y al mismo tiempo optimizar sus recursos.
Fuente: Portal Fruticola