Entre estas se encuentra la Tucura Sapo, un insecto herbívoro y áptero (sin alas), que se extiende desde el sur de Río Negro hasta el sur de Santa Cruz. Es una de las especies más dañinas para el recurso forrajero en Patagonia, ya que consume todo el material verde que encuentra en su camino, causando perjuicios productivos significativos en los agricultores y comunidades de pueblos indígenas.
Tiene una gran capacidad para adaptarse a distintos ambientes. En otoño-invierno se la encuentra en estado de huevo bajo tierra. Entre fines de invierno y principios de primavera se dan los primeros nacimientos (estadios ninfales). De diciembre a febrero, aparecen los adultos, que pueden llegar a medir hasta 5 cm, y solo se desplazan caminando o saltando.
En esta, como todas las plagas, es fundamental el Manejo Integrado, y dentro de este el monitoreo. En el caso de las Tucuras Sapo, el proceso comienza en julio y se realiza cada 7 o 15 días en búsqueda de los primeros estadios ninfales, que son los más sensibles y por lo tanto el control resulta más eficiente.
En el monitoreo se usa el método de transectas, un muestreo caracterizado por la toma de datos en determinados recorridos prefijados (se recomienda trazar 100 mts. lineales y 1 m. de ancho). Con este método se observa cuántas tucuras hay por metro cuadrado y en qué estadío (ninfas o adultos). Luego, se capturan algunas en botellas para su correcta identificación. Es importante hacer el recorrido en horarios específicos. Generalmente, las tucuras comienzan a moverse a media mañana ya que no les gusta la temperatura ni muy fría, ni muy cálido. Es recomendable hacer el conteo contra el viento, para no registrar el mismo insecto más de una vez.
En este monitoreo es importante asentar:
· Fecha y hora de observación.
· Georeferenciación del lugar de encuentro.
· Estadíos que se observan.
· Si se observan insectos aislados o en grupos.
· Hacia qué dirección se desplazan.
· De hacer un control con productos fitosanitarios, detallar dónde y con qué producto
Para disminuir la densidad poblacional de la plaga, se pueden considerar complementariamente diversos métodos de control:
· Control biológico: aves como teros, choiques, bandurrias y aves de corral como pavos y gallinas.
· Control cultural: realizando un control mecánico en zonas de ovoposición.
· Uso de cebos: a base de salvado de trigo e insecticida.
· Control químico: con productos autorizados por Senasa, de acuerdo a la recomendación de un ingeniero agrónomo. Es importante destacar que el umbral estimado para efectuar una aplicación es cuando se encuentran más de 10 tucuras por metro cuadrado).
Ha sido tal el daño generado por la Tucura sapo, que se ha constituido un comité interinstitucional para su control. Los productores son grandes aliados en este caso, ya que con su ayuda puede emitirse una alerta temprana regional, cuando se detectan los primeros ejemplares.
Las tucuras, en sus diversas especies, son una plaga que afectan distintas regiones del país.
Por tal razón, en el 2020, Senasa y Casafe realizaron un manual recomendaciones para el control de tucuras y langostas. El objetivo de este manual es servir de guía para cumplimentar un uso responsable de fitosanitarios para el control de estas plagas. Para más información, hacé clic acá.
Fuente: Casafe