La semana pasada salió como buena noticia que la tasa de desempleo había bajado al 7%. Se dijo que era la menor tasa de desempleo desde mediados del 2016 cuando comienzan las nuevas series estadísticas del INDEC luego de su normalización. Así las cosas, parecería que a la gente le está yendo mejor con el tema empleo.
Pero esta semana apareció otra noticia, mala por cierto. La tasa de pobreza urbana en la Argentina es de 37,3% en el segundo semestre del 2021. Esta tasa es superior al 35,5% que había en mismo período del 2019, cuando la tasa de desempleo era de 8,9%.
O sea, bajo la tasa de desempleo, pero subió la pobreza. ¿Qué pasó?
La tasa de actividad es la proporción sobre la población de gente que trabaja o que no teniendo un trabajo busca activamente uno. La proporción de los que trabajan están en la columna de empleo (esto es en proporción a la población) y los que no tienen y buscan activamente un empleo están en la columna de desempleo (que se mide en proporción de la tasa de actividad). Se ve claramente que una proporción menor de personas participa del mercado laboral. Es decir, no trabaja ni busca activamente un trabajo. Esto pueden ser amas de casa, estudiantes que no trabajan o los jóvenes ni – ni que no estudian ni trabajan. Luego, hubo un aumento en la tasa de empleo, lo que hizo el mayor aporte a la baja en la tasa de desempleo.
Ahora, si la pobreza subió significa que hay mayor proporción de gente laboralmente inactiva (que es lo que los datos muestran) y, los que consiguieron empleo, deben haber conseguido empleos mal pagos porque no alcanzó para bajar la pobreza. La mayor parte de estos empleos son informales. Entonces, no basta con mirar la tasa de desempleo.
Hay que mirarla junto con la tasa de actividad laboral y la calidad de los empleos. Una manera más didáctica de observar esta dinámica del mercado laboral y la pobreza es precisamente con Rosario y Ciudad de Santa Fe.
En Rosario, entre el 2019 y el 2021 subió fuerte la tasa de actividad laboral y también la tasa de empleo. Esto hizo bajar la tasa de desempleo y la tasa de pobreza que pasó de 35% a 33% de la población. Que la tasa de actividad laboral y la de empleo hayan subido con esta robustez, implica que Rosario es un mercado laboral más dinámico que el promedio del país. Que la pobreza haya bajado es que los empleos que la gente consigue en Rosario son de mejor calidad que en el resto del país.
La contracara es la Ciudad de Santa Fe. Allí subió la participación laboral pero en la mitad de lo que subió en Rosario y el empleo subió un tercio. La tasa de desempleo queda más o menos igual y la pobreza quedó 4 puntos porcentuales arriba del 2019. Esto implica que falta empleo (se incorpora al mercado laboral más gente que la que consigue empleo) y los empleos conseguidos no deben ser de buena calidad porque subió el empleo y la pobreza, a la vez. Esto denota un mercado laboral bastante menos dinámico que el de Rosario.
Para cerrar es interesante ver el Conurbano que es el lugar que más cantidad de pobres urbanos concentra en el país (35% de la pobreza urbana) y donde más profusamente funciona el clientelismo. Aquí se puede ver que la tasa de actividad en el 2021 es menor que la del 2019 y que hubo un incremento en el empleo. Menos gente participando del mercado laboral y algo más de empleo hizo bajar la tasa de desempleo de 10,8% a 8,2% en el Conurbano.
Pero la pobreza se mantuvo en el 42,3% por encima del 40,5% que era en el 2019. Es decir, cuando el mercado laboral no tiene fuerza para dar muchos y buenos empleos, la pobreza no baja. En otras palabras, el clientelismo no reemplaza un mejor mercado laboral.
Por C.P. Leonardo H. Piazza - Director de LP CONSULTING