Si redujésemos la población mundial a 100 personas, 17 vivirían en la India. La República de la India es el segundo país más poblado del mundo, con más de 1.331 millones de personas en 2020 (sólo detrás de China, con cerca de 1.400 millones de habitantes). De acuerdo con las proyecciones del Banco Mundial, al 2021 sería la tercera economía del mundo, con un PIB en torno a los 10 billones de dólares (medido a valores PPA).
Pese a mantener una importante distancia con las dos economías más grandes del mundo, China (con un PBI de 26 billones de dólares) y Estados Unidos (22 billones de dólares), supera cómodamente a las economías que le siguen. En este sentido, Japón y Alemania disponen de PIBs de 5,5 y 4,7 billones de dólares, ocupando éstas el 4to y 5to lugar, respectivamente.
No conforme con ello, la India es una potencia emergente, con su tasa de crecimiento que viene superando con creces la expansión económica de Estados Unidos, la Unión Europea y América Latina. Su crecimiento promedio sólo es superado por China, que desde 2008 viene mostrando una desaceleración de su expansión económica. Ahí se encuentra uno de los grandes activos de la economía india: su dinamismo de corto y largo plazo. Luego de una pandemia que ha hecho estragos en la población del país asiático, en 2021 la India espera crecer un 12,5 %, por encima del 8,4 % de China, lo que lo convertiría en el país de mayor crecimiento económico del año.
Una aceleración del crecimiento económico explotaría con creces las potencialidades de la economía india. El PIB per cápita del 2020 fue de apenas US$ 6.454. Para dar una dimensión comparativa, el PIB per cápita de nuestro país fue de US$ 20.767, más de tres veces el indio (de acuerdo con el Banco Mundial, medido en PPA). Por su parte, el PIB per cápita de China se encuentra en torno a los US$ 17.311.
En India, hoy más de 300 millones de personas sobreviven con menos de US$ 1,9/día, y cerca del 21% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, según el Banco Mundial. En este sentido, la aceleración del crecimiento de su economía con la consecuente mejora en los niveles de consumo de la población es susceptible de mejorar diametralmente los niveles de demanda internacional, una excelente oportunidad para ampliar el mercado externo de los bienes agroindustriales argentinos.
Asimismo, es menester destacar el potencial de este gigante asiático en su población. El 28% de los jóvenes del mundo viven en la India. Más de la mitad de la población tiene menos de 25 años, y más del 65% no supera los 35 años. No obstante, cerca del 70% de la población total vive en el campo y no dispone de servicios básicos, lo que reduce su calidad y esperanza de vida.
¿Cuánto cosecha la India de trigo, maíz y soja?
Este gigante asiático se autoabastece de trigo, con un área sembrada que es más de cuatro veces el área argentina. Para esta campaña 2021/22 espera tener un rendimiento productivo en torno a 3,38 toneladas/hectárea, lo que le permitirá tener una producción superior a 108 Mt, más que suficiente para abastecer su consumo interno de 105 Mt y exportar gran parte del excedente.
Respecto del grano amarillo, la India también se autoabastece con maíz. Con una producción en torno a 30 Mt, el elevado consumo interno permite leves exportaciones en torno a 2 Mt.
En lo que hace a la soja, el gigante asiático espera producir más de 11,2 Mt en esta nueva campaña. Además, se proyecta una producción de casi 8 Mt de harina de soja, de las cuales 1,7 Mt esperan ser exportadas.
No obstante, recientemente se flexibilizaron los requisitos y se permitirá la
importación de harina de soja basada en poroto genéticamente modificado a la
India. Así, se espera descomprimir los precios del mercado interno, que han
aumentado considerablemente, al mismo tiempo que se busca abastecer de insumos
al sector avícola. Con proyecciones de importaciones por 1,2 Mt, por ahora se
buscan proveedores en Bangladesh, Vietnam y otros países del bloque ASEAN. En el
corto plazo Brasil y Argentina son descartados en vistas de sus elevados costos
logísticos hacia la India. Además, la India es un importador neto de aceite de
soja, un producto que atraviesa las perspectivas argentinas para el mercado
indio.
La relación bilateral Argentina-India
La Argentina abrió un consulado general en Calcuta en 1920, hace ya más de un siglo, previo a la independencia de la India. Con la Independencia de nuestro socio comercial (en 1947), para 1950 fue creada la embajada argentina en la India. Un largo trecho se ha recorrido en la relación bilateral desde entonces.
En octubre del 2020 se creó el Consejo Empresarial India-Argentina (IABC), con el auspicio de ambas embajadas. El mercado indio ofrece amplísimas oportunidades. Hace algunas semanas se concretó la primera exportación de yerba mate a la India.
En los primeros siete meses del 2021 Argentina ostentó un superávit comercial de US$ 8.310 millones, siendo el 16% del mismo explicado por el superávit bilateral que nuestro país dispone con la India. Estructuralmente más del 90% de las exportaciones argentinas a la India se componen de aceite de soja, siendo el gigante asiático importador del 30% del aceite de soja que se comercializa a nivel mundial, considerando un promedio de las últimas 3 campañas.
Recientemente la India confirmó una reducción de los aranceles efectivos de importación de algunos aceites vegetales. Se redujo de 38,5 % a 30,25 % para el aceite crudo de soja y el de girasol igualándolos con el vigente para el aceite de palma, en busca de limitar el alza de precios que se ha dado desde el inicio de la pandemia. Esta medida ha quedado efectiva desde el 20 de agosto del 2021, pero caería su vigencia a fines de septiembre. Desde CIARA-CEC se solicitó al gobierno de la India que la medida tenga al menos un año de vigencia, pedido que fue reafirmado por Daniel Nasini, presidente de esta Bolsa, durante la visita a Rosario que efectuó Dinesh Bhatia, el Embajador de la India ante Argentina.
A pesar del superávit comercial bilateral que nuestro país disfruta con la India, es menester destacar que las exportaciones de la India a nuestro país se encuentran mucho más diversificadas. Con una amplia variedad de productos, Argentina importa maquinaria agrícola, productos de la industria química y combustibles desde la India, entre otros productos.
India y Argentina en el mercado mundial del aceite de soja
Argentina exportó aceite de soja a la India por más de US$ 2.000 millones sólo en el año 2020, y en 7 meses del 2021 lleva exportados cerca de US$ 1.746 millones. El promedio de los últimos 5 años muestra exportaciones por US$ 1.762 millones.
Para este año comercial 2021/22, se estima que la India importará 3,72 millones de toneladas de aceite de soja, un leve repunte luego de los 3,70 del año anterior, de acuerdo con el USDA. Con estos datos, la India importará más del 67% del aceite de soja que se espera que consuma.
El grueso de la producción mundial de aceite de soja se reparte en cuatro países. China, Estados Unidos, Brasil y Argentina concentran más del 75% de la producción total de aceite.
La producción mundial de aceite de soja se puede estimar superando los US$ 70 mil millones para la campaña 2021/22. No obstante, de casi 62 Mt que se esperan producir en la campaña venidera, sólo un 20% será exportado. Los tres primeros productores de aceite son gigantes demográficos, encontrándose sólo a la Argentina como un país con un saldo exportable considerable para el comercio mundial.
India es el principal importador mundial de aceites vegetales, mientras Argentina es el principal proveedor mundial de aceite de soja. Su complementariedad es fundamental, y por ello las relaciones bilaterales han pasado recientemente a un plano estratégico, con prioridad de Asociación Estratégica según Cancillería desde el año 2019.
La República de la India es un socio fundamental de la Argentina en este mercado, siendo destino de más del 48% del aceite de soja que se exporta desde nuestro país, tomando un promedio de los últimos cinco años. Otros destinos de relevancia para el aceite argentino son Bangladesh, China y Egipto, aunque considerablemente en menor medida.
El día 9 de agosto de 2021 el primer ministro Narendra Modi lanzó un plan que busca potenciar la producción de aceite de soja desde la India, en busca de convertir al país en autosuficiente en aceites vegetales. Con un plan de inversiones por más de US$ 1.500 millones, se buscará además mejorar la calidad de semillas y la tecnificación del agro. Con esta visión, buscarán incentivar un mayor cultivo de oleaginosas en baja de los cereales.
No obstante, en vistas del escaso saldo exportable de cereales en relación
con la producción total, deberá seguirse de cerca para analizar si efectivamente
no se está abandonando el autoabastecimiento de trigo y otros cereales con el
fin de buscar un potencial autoabastecimiento de aceites vegetales.
Perspectivas
La India se erige como potencia emergente, retornando progresivamente a su ritmo de crecimiento. Una elevada demanda de mano de obra calificada en combinación un sector privado robusto, además de políticas de promoción y eficiencia en el sector público, destacan como grandes fortalezas. No obstante, aún resta una modernización más profunda de la infraestructura nacional, además de una serie de rigideces en diversos mercados de la economía india. Con una expectativa de crecer cómodamente por encima de China, diversos analistas discuten sobre las perspectivas de mediano y largo plazo de este gigante asiático, que ha llegado para jugar un rol protagónico en el panorama global de los próximos años.
Por Julio Calzada - Guido D’Angelo
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario