La empresa SABAVISA S.A. es la encargada del 50% de la obra, la cual fue contratada por la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, y es inspeccionada por la Dirección Provincial de Hidráulica de la Provincia de Buenos Aires.
El CEO de la compañía, Victorio Américo Gualtieri, afirmó: “Esta cuenca abarca más de la mitad de la Provincia de Buenos Aires y se caracteriza por presentar en forma periódica inundaciones y sequías prolongadas, lo que genera pérdidas de gran magnitud en el sector agropecuario y en la infraestructura vial y urbana”.
Por este motivo se buscó brindar un marco de desarrollo social y ambiental equilibrado. Entre los objetivos que busca alcanzar se destacan la reducción de los impactos negativos que tienen los factores climáticos en la economía de la cuenca, mejorar sus condiciones económicas a través del desarrollo sustentable de su potencial y preservar el valor ambiental.
La obra se encuentra en la etapa cuatro, la cual consta de una extensión de 56 kilómetros que beneficiará a los partidos de 25 de Mayo, Chivilcoy, Alberti y Bragado. Además, permitirá recuperar varias hectáreas que hoy se encuentran improductivas por el desborde constante de su cauce.
“Esta etapa consiste en la ampliación de la capacidad del Río Salado, permitiendo el escurrimiento encauzado para crecidas y proporcionando un aumento de su capacidad de conducción para así atenuar el efecto perjudicial de los desbordes”, agregó Gualtieri.
Los suelos extraídos del cauce serán empleados para elevar zonas inundables, en general ubicadas en bajos y/o bañados marginales.