El negocio del acopio ha sufrido muchísimas transformaciones a lo largo de
los últimos años que obligaron a repensar la actividad para adaptarse a las
nuevas circunstancias y no quedar en el camino. A la incorporación de
actividades complementarias, Ramón Rosa & Cía. también ha desarrollado una
posición estratégica que le ha permitido diversificar su accionar y encontrar
estabilidad en tiempos difíciles: la instalación de sucursales y plantas de
acopio en tres puntos distintos del territorio bonaerense.
Todo comenzó en San Pedro, provincia de Buenos Aires, en los años 40.
Primero fue una forrajería y luego se sumó la comercialización y transporte de
granos. En 1956, Ramón Rosa logró la inscripción como "Acopiador de Granos".
Seis años más tarde pudo estrenar la primera planta, con cuatro silos de 300
toneladas cada uno.
A medida la flota de camiones y la capacidad de almacenamiento iban en
aumento, Ramón Rosa apostó por la expansión territorial. "Hacia 1963, el partido
de Lincoln -Buenos Aires-, estaba plagado de grandes estancias y galpones llenos
de maíz. Entonces alquiló una planta de silo en la estación de Arenaza, que se
convirtió en la primera sucursal de la firma", relata Norberto Rosa, a cargo de
mantener el legado de su padre Ramón.
Así hizo pie en el oeste bonaerense, una región que a lo largo de los años se
ha convertido en fundamental. "Al estar en estas dos áreas productivas de la
provincia de Buenos Aires logramos diversificar el negocio y estabilizar los
costos. Sabemos que en agricultura el efecto climático es clave, pero también
que impacta de manera diferente en las distintas regiones", reflexiona.
Esta diversidad ambiental también se refleja en las distintas realidades
productivas de cada región. "Son tipos de empresas agropecuarias muy diferentes.
En San Pedro, un productor promedio trabaja un campo propio de entre 40 y 50
hectáreas. En el Oeste, en cambio, un pequeño productor puede sembrar entre 100
y 200 hectáreas, uno mediano arriba de las 500, y los grandes pueden poseer
1.000, 2.000, 5.000 y hasta 15.000 hectáreas", señala el director ejecutivo de
la compañía.
Para Rosa, el nivel de rendimientos también marca la diferencia: mientras que
en San Pedro un buen maíz ronda los 8.000 kg/ha, en los ambientes regulares del
oeste bonaerense pueden rendir entre 9.000 y 10.000 kg/ha. "Además, entre ambas
regiones siempre pudimos manejar una importante diversidad de cultivos. El
girasol desapareció de San Pedro hace 20 años, pero todavía sigue vigente en la
zona de Carlos Tejedor. Y cuando la soja llegó a ocupar gran parte del área de
San Pedro, en el Oeste aun resistían con la siembra de maíz y trigo", recuerda.
Actualmente la empresa cuenta con 80.000 toneladas de capacidad de almacenaje
distribuida en cuatro plantas de silos: dos en San Pedro (de 7.000 y 48.000
toneladas), otra en Arenaza (Partido de Lincoln) y una más en la localidad de
Carlos Tejedor. Además, la flota de logística y transporte está integrada por 17
camiones, mientras que el personal a cargo entre las tres sucursales abarca
alrededor de 50 personas.
"El acopio sigue siendo el eje principal de nuestro negocio. Pero también
hemos ido complementando la actividad con la venta de insumos, enfocados
principalmente en facilitarle al productor toda la logística. Tenemos una
cartera de clientes que ha permanecido durante muchos años y estamos siempre
tratando de adaptarnos a sus necesidades", comenta Rosa y agrega que muchos
productores acuden a la empresa para un asesoramiento de mercado. "Se trata de
un negocio de confianza y mucha responsabilidad, porque la gente deposita sus
ahorros en grano en nuestras instalaciones", asegura.
A su vez, la firma maneja 2.500 hectáreas propias repartidas entre los
partidos de San Pedro, Lincoln y General Pinto. Allí no solo se dedican a la
producción de granos con destino de comercialización, sino también a la
multiplicación en cooperación con los principales semilleros del país. "Somos
multiplicadores oficiales de trigo para Don Mario, Klein y Buck. En cuanto a
soja, trabajamos también con Don Mario y Nidera", añade.
Rosa mira el futuro con optimismo: "volvió el trigo, volvió el maíz, e
incluso ahora estamos viviendo un boom del sorgo. Mientras tanto, la soja apenas
reduce el área de siembra. Nuestro país tiene todavía mucho potencial para
explorar en rendimiento y en este contexto no tengo dudas de que va haber
trabajo para todos, aún con altos niveles de competencia", consideró.
Para el empresario del acopio, el gran desafío es adaptarse a las nuevas condiciones que demanda el mercado. "Aunque las tradicionales comisiones del acopio son cada vez más ajustadas, también existen nuevas herramientas para capturar rentabilidad, como los mercados a término", se sincera. Sin embargo, para el director ejecutivo de Ramón Rosa & Cía el éxito del negocio continúa recayendo en los valores que se han mantenido inalterables desde el inicio de la empresa que fundó su padre: responsabilidad, confianza y cumplimiento.