Si bien las formas de hacer agricultura evolucionaron, su finalidad sigue intacta y producir alimentos continúa siendo su objetivo principal. Asimismo, la población mundial está en constante crecimiento y se espera que para el 2050 haya alrededor de 10 mil millones de bocas para alimentar. De esta forma, también aumenta la necesidad de encontrar nuevas y mejores formas para producir.
"En los últimos años, vimos cómo fueron surgiendo una gran variedad de tendencias y prácticas innovadoras que revolucionaron la agricultura, tanto en relación con su producción como en la forma de consumir lo que producimos", comenta Hernán Ghiglione, Gerente Senior de Innovación y Desarrollo de BASF. Las principales tendencias en alimentación, donde el agro juega un rol fundamental son:
Genética y protección de cultivos: La utilización de nuevas herramientas genéticas y soluciones químicas para potenciar y proteger el rendimiento de los cultivos no es una práctica nueva, aunque sí muy necesaria para afrontar los desafíos que el campo le propone a los productores agropecuarios todos los años. "Los avances en ciencia y tecnología son claves para proveer suficientes alimentos saludables y accesibles. La biociencia moderna ofrece herramientas como la edición del genoma de una planta para impulsar la agricultura y para BASF es importante trabajar junto con las mentes más brillantes para contribuir con una agricultura sustentable", afirma Peter Eckes, Presidente de Investigación en Biociencia de BASF. Es algo que en los últimos años se fue perfeccionando con el objetivo de lograr prácticas de producción más eficientes y sustentables. "Hoy en día, las personas se cuestionan de dónde viene lo que consumimos, quién lo produce, cómo y qué impacto generó. Por eso, en las empresas con investigación y desarrollo tratamos cada día de adoptar prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente", explica Ghiglione.
FoodTech: Este concepto, que deriva de la combinación de "food" y "technology", llegó para revolucionar la forma de alimentarnos. Consiste en producir una gran variedad de alimentos a base de ingredientes vegetales, células animales o también, entre otros, a partir de la impresión 3D. El objetivo de esta tendencia es replicar y producir alimentos de forma sustentable y escalable teniendo a la agricultura como principal proveedor de ingrediente. De esta forma, se trata de alcanzar estándares saludables de alimentación y satisfacer demandas específicas con bajo impacto ambiental.
Uso de tecnologías que ayudan a la producción hogareña: La producción propia es muy común en las zonas rurales, donde muchas familias tienen la posibilidad y la costumbre de tener huertas y animales. Sin embargo, cada vez más personas en las ciudades logran producir lo que consumen. Esta es una tendencia en aumento por parte de aquellos que buscan alimentos frescos, gracias a la ayuda de soluciones tecnológicas. Un ejemplo de esto es el cultivo en hidroponía, una forma de cultivar hortalizas, frutas y plantas aromáticas en pequeños espacios, utilizando soluciones liquidas enriquecidas con nutrientes en lugar del tradicional suelo agrícola.
Otra tendencia que toma fuerza es el uso de ingredientes funcionales como suplemento dietario para complementar la alimentación. BASF contribuye con la industria alimenticia ofreciendo ingredientes, como por ejemplo Omega 3 y vitaminas, que aportan beneficios a la salud y que se usan, en algunos casos, como complemento en situaciones en los que una persona mantiene una alimentación a base de plantas. Una dieta balanceada, rica en nutrientes, con el suficiente ejercicio, es importante como punto de partida. Sin embargo, es importante reforzar con alimentos y bebidas fortificadas que ayuden a garantizar un sistema inmune fortalecido y listo para actuar. "Una nutrición adecuada garantiza el funcionamiento del organismo y, por ejemplo, fortalece las defensas contra posibles enfermedades. Los alimentos enriquecidos con vitaminas y suplementos nutricionales con ingredientes funcionales, como Omega 3 y vitaminas A, B12, C, y D, pueden convertirse en aliados efectivos y aportar grandes beneficios para la salud", asegura Florencia Sosa, experta en Nutrición Humana de BASF.
Hoy en día las personas son más conscientes de lo que consumen y de cómo eso afecta a su organismo. Asimismo, existe una preocupación por consumir cada vez alimentos más saludables y que tengan menor impacto en el medioambiente.
Por otro lado, también se hizo evidente la necesidad de acercar las zonas productivas, e incluso desarrollar plantas de producción, cerca de a las grandes ciudades. "Esto es algo que vemos sobre todo cerca de grandes urbes en países del primer mundo donde a partir a la inversión en tecnología, se pueden crear espacios de producción cerca de las ciudades reduciendo los costos de logística y las pérdidas de producción que se generan en el camino", indica Hernán.
Por ejemplo, en 2018 BASF inauguró en Nunhem, Países Bajos, un centro de cría de pepinos de vanguardia para la producción y el mejoramiento de esta hortaliza que en su momento representó la mayor inversión en cien años del negocio de semillas de hortalizas de BASF. "Las semillas de hortalizas son una parte clave de la cartera ampliada de BASF en agricultura y estamos entusiasmados de apoyar el crecimiento de nuestro negocio a través de la innovación y las tecnologías de reproducción de vanguardia", dijo en su momento Markus Heldt, el entonces presidente de Soluciones Agrícolas de BASF.
Todas estas tendencias son cuestiones que surgen en el mundo de la agricultura y que se complementan, dando como resultado más formas de producción y de consumo. Así, es indiscutible cómo el agro, de la mano de las nuevas tecnologías, contribuye con la alimentación del futuro.
Es claro que la agricultura continúa teniendo un rol principal en la alimentación de las personas. "Hoy en día estamos repensando todo lo que hacemos, desde la forma de producir hasta lo que consumimos. Las personas estamos más conscientes del impacto que generamos en el medio ambiente y en nuestro propio cuerpo", finaliza Ghiglione.