En plena pandemia de Covid-19, son varios los países de América Latina, como Argentina y Brasil, que están batiendo récords en materia de exportaciones agropecuarias, mientras a futuro se mantiene una expectativa creciente de consolidación y aumento de esos registros.
Por otro lado, la crisis sanitaria aumentó las presiones mundiales por garantías de alimentos seguros y de una relación responsable entre producción y medio ambiente.
Se espera que ambos asuntos ganen cada vez más terreno y puedan generar oportunidades para una armonización de procesos, aunque también amenazan servir de plataforma para la escalada del proteccionismo, lo que representa también un riesgo para la seguridad alimentaria global.
Esas fueron las alertas lanzadas por dos respetados especialistas en comercio internacional con amplia experiencia en negociaciones agrícolas: Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), y Marcos Jank, titular del Centro de Agronegocios Globales de la escuela brasileña de economía y negocios INSPER, que participaron de un diálogo virtual con el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero.
Para los expertos, la adopción de la exigencia "Covid-free" por importadores de China y la Unión Europea muestra que esta tendencia puede reforzar una ola proteccionista, que ya se presentaba antes de la pandemia a través de discursos refractarios al comercio global que han herido conquistas históricas del sistema multilateral.
"La comida no transmite Covid. Es algo arbitrario, contra lo que tenemos que luchar y fortalecer la OMC (Organización Mundial del Comercio), que hoy está muy débil, y tenemos que mejorar la relación con Asia", dijo Jank.
"El primer efecto de la pandemia fue la baja de precios. El segundo es que todos los gobiernos quieren ganar las próximas elecciones y necesitan una rápida recuperación económica, que puede no incluir la promoción del comercio internacional, por lo tanto, podemos visualizar algunos inconvenientes", indicó Idígoras, que ve una tendencia de aumento del proteccionismo.
"El concepto de salud pública de un tercer país puede estar condicionado a la exportación, por ejemplo, en China, donde podemos perder acceso. Algunos países europeos están instituyendo el standard "Covid-free" adoptado por algunos supermercados. Son aspectos que van a crecer", completó.
En Europa, agregaron, además de los temas sanitarios, los asuntos ambientales también deben convertirse en barreras reales al comercio, como señaliza la resistencia de varios países de la Unión Europea, y del propio Parlamento Europeo, en ratificar el acuerdo comercial con el bloque sudamericano Mercosur.
Por eso, los especialistas recomendaron fortalecer, en el corto plazo, la sanidad y los temas ambientales, simplificar y digitalizar el comercio, y crear cadenas regionales de valor.
"La pandemia profundizó la crisis y el comercio exterior se está digitalizando. Esto implica la revisión de los sistemas actuales, de las certificaciones, fiscalizaciones y habilitaciones. Tenemos que revisar todo eso, ya que el mundo hoy exige transparencia y confianza", evaluó Idígoras.
"Salimos de los primeros meses de la crisis del Covid con exportaciones muy positivas para el agro y sin desabastecimiento, pero hay problemas con los que preocuparse. El comercio multilateral está en una crisis profunda", dijo Jank.
Comercio intrarregional
El Director General del IICA, en tanto, planteó preocupaciones por los bajos niveles de comercio entre los países de América Latina y el Caribe.
"El comercio intrabloque en nuestro continente es reducido, incluso por debajo en términos relativos del practicado en África. Nuestro comercio equivale a 14,4 % del total de las exportaciones, mientras en la Unión Europea el comercio intrabloque es de 60 %", comparó.
Al comentar esta situación, Idígoras se refirió a la necesidad de facilitar el comercio y de construir cadenas de valor regionales, mientras Jank subrayó que esos porcentajes bajos reflejan los escasos niveles de integración.
"No sólo Europa es ejemplo, sino también América del Norte y Asia, que tienen más integración en las cadenas de valor", indicó Jank, quien reforzó también la importancia de corredores bioceánicos desde el Atlántico al Pacífico para integrar y mejorar infraestructuras y construir salidas a Asia.