La nueva incorporación en la familia de billetes de la moneda argentina, en este caso de $5.000, refleja la constante depreciación de peso. El billete que circuló en medios de comunicación la semana pasada con la imagen de Cecilia Grierson y Ramón Carrillo, nacería con un valor de US$42,21.
Por otra parte, si se analizan los billetes de mayor denominación en países de la región, suelen mantenerse estables con pocos nuevos lanzamientos. En el gráfico 2 se observa que (excluyendo a Venezuela) el nuevo billete estaría tercero entre aquellos de más valor en dólares y de mayor denominación nominal. En primer lugar se ubica el billete de S/.200 nuevos soles de Perú que entró en circulación en el año 1991. En último lugar, aparece nuestro billete de $1.000, aunque dejaría de competir en este ranking.
Los beneficios de tener una moneda sana pueden parecernos lejanos a los argentinos dado que convivimos con una alta inflación la mayoría de nuestras vidas. Sin embargo, para encauzar un crecimiento sostenido que nos saque de la constante decadencia que padecemos es condición necesaria tener una moneda que cumpla con las tres funciones de todo dinero: Unidad de cuenta, medio de circulación y reserva de valor.
Fuente: Libertad y Progreso