Dos productores, B. Balberrey de la provincia de Buenos Aires y R. Antonelli de la provincia Córdoba, explicaron sobre el manejo integrado, sus potencialidades y los recursos más importantes que debe utilizar el productor para una correcta inversión y desempeño de su negocio.
Hace un tiempo atrás, con el precio diferente de la soja y el glifosato, los productores podían alquilar todo tipo de suelo y sembrar. Ya que los costos eran diferentes a los actuales y a pasar que se cosechaba poco, era negocio.
Actualmente debido a los cambios rotundos en el sector, los productores se han vuelto más selectivos en el uso de los suelos para la siembra. Por lo tanto, se han buscado diferentes alternativas para adaptarse a los nuevos cambios. Tomando como ejemplo el departamento de Saenz Peña en Córdoba que se encuentra en una situación compleja debido a suelos inundables y muchos problemas de variabilidad, incluso en el mismo campo, el uso de la integración fue clave para el desarrollo productivo.
Durante la charla el Ingeniero Agrónomo y productor, R. Antonelli aseguró que el sistema integración no solo se aplica para privilegiar el uso de los rastrojos después de la agricultura sino de hacer uso de las partes del campo que no tienen aptitud agrícola.
Además destacó que este sistema de trabajo es mucho más complejo, donde las pasturas son de buena calidad en algunas zonas y más deterioradas en otras. De todos modos, remarcó que bajo un sistema de ciclo completo se puede utilizar las partes buenas de un campo y a su vez buscar la forma de potenciar aquellos sectores que no están bien para transformarlos en una oportunidad. Hay muchos campos que cuentan con un 40% de aptitud agrícola y todo lo demás está abandonado.
La propuesta es ver las oportunidades que se presentan y trazar un plan de acción para el productor agropecuario. A través de la recuperación de las partes abandonadas con poca aptitud de siembra de los campos, se puede lograr una ventaja competitiva en relación a otras empresas que solo alquilan la parte agrícola.
La clave está en lograr que los dueños de campos se trasformen en socios y de esta manera poner en marcha el sistema de recuperación a través de inversión a cambio de plazo. Lo que permite manejar el campo como si fuera propio, mejoramiento y buenas relaciones a largo plazo.
“De todos modos la recuperación de los campos implica una gran inversión, es por eso que proponemos que el dueño del campo se sienta como un socio y de esta manera las ventajas se agrandan ya que se logran alquileres a largo plazo que pueden variar entre ocho o diez años”. Por otro lado el dueño del campo además de alquilar la parte agrícola, alquila su parte ganadera a bajo costo pero aun así recupera el valor del campo y genera un ingreso extra.
Usando el manejo integral, el productor puede generar un plus importante en la ganadería viendo la oportunidad donde hay complicación, comentó Antonelli. También se destacó la importancia del marketing en el agro considerando que desde el manejo integral de la ganadería y la agricultura se puede lograr un campo cubierto con grandes oportunidades a través de ventajas competitivas que derivan de buen manejo, rotación de cultivos y sistema de pastoreo.