En efecto, las lluvias sobreabundantes han vuelto a golpear una zona que ya había quedado vulnerable a finales de marzo y que durante el último fin de semana recibió precipitaciones que oscilaron entre los cien y los doscientos milímetros, con áreas reducidas donde las marcas llegaron a trescientos milímetros. En esta región del NEA, que también tiene zonas afectadas en el este santiagueño y el norte santafesino, el agua deriva con poca eficiencia y las consecuencias para la cosecha son contundentes. Se presentaban sectores con muy buen potencial de rendimiento, lo cual se había podido comprobar con el incipiente avance de la recolección. Sin embargo, el evento del fin de semana dio por tierra con las expectativas de recuperación y sin dudas la zona algodonera sojera chaqueña, queda a contra mano del gran beneficio que el clima generó sobre otras zonas agrícolas del país.
Como mencionamos al comienzo, las inundaciones del Chaco contrastan con la alta demanda de lluvias que presenta el oeste bonaerense, gran parte de LP y zonas del sur de CB. Este sector paradójicamente puede tener zonas con napas altas, pero de cara al inicio de la fina, es necesario que se concreten recargas superficiales.
Como podemos observar en el mapa, recuperar las reservas para llevarlas a niveles adecuados exige aportes pluviales cercanos o superiores a los ochenta milímetros en las próximas dos semanas en la región más necesitada. Las masa de aire húmedo aún están haciendo su aporte sobre la región, pero los pronósticos no evidencian una actividad atmosférica capaz de satisfacer esta demanda, no al menos en los próximos quince días.
Sobre las provincias del centro la demanda es menor y estamos transitando un período de mucha inestabilidad para el sector, el cual redundará en oportunas recargas superficiales. Es decir las áreas trigueras de la zona central de la región pampeana, parecen encaminarse hacia un mejoramiento en las condiciones de humedad del perfil superficial, favorable para un arranque en fecha de las siembras.
Estrictamente hablando en términos trigueros, el norte de LP, el sudeste de CB y áreas del noroeste de BA, son las más precarizadas en cuanto a la disponibilidad de humedad superficial. También es una zona que tiene mucho margen para esperar el momento oportuno para la siembra, sin embargo, ingresamos en un momento en el que normalmente las precipitaciones se retraen desde el oeste hacia el este y es por eso que es tan necesarias la reaparición de alguna secuencia de eventos, aunque sean menores, que permitan configurar un escenario mejorado. A medida que nos vamos hacia el sudoeste, también podemos decir que lo que está a favor es el tiempo, pero en general la transición hacia el mes de mayo se presenta seca y como vemos también este sector presenta una importante necesidad de lluvias.
En resumen, vemos que CB presenta se mueve hacia el mes de mayo sin necesidades destacadas, salvando zonas del sur. Sobre SF y ER, las lluvias están llegando y es posible que también el norte bonaerense reciba algunas precipitaciones. En consecuencia, una buena parte del área triguera que es tributaria de Rosario, debería encontrarse en condiciones favorables para las siembras. El análisis para el núcleo triguero del sur es relativo dado que hay mucho tiempo para avanzar con la implantación, sin embargo, por lo que muestra la foto actual, hay un importante diferencial a favor del sudeste que es justamente la zona donde la demanda es menor. Salvo que aparezca un evento destacado en la primera quincena de mayo, el escenario para las siembras hacia el oeste bonaerense y sobre LP, puede complicarse. Durante la próxima quincena se oirá viendo si hay alguna modificación de este panorama.