Según adviertan los operadores cómo evolucionan los cultivos, habrán de subir o bajar los valores de la soja.
En este punto hay que detener la atención en el fenómeno de El Niño, tan presente en estos momentos. Mientras en Brasil el clima tiende a ser seco en nuestro país, a ser húmedo.
Es cierto que en nuestro país las condiciones climáticas no son las ideales. Pero pareciera que el cuadro es mejor que en el resto de la región. En definitiva, es mejor mucha agua que la falta de ésta.
Veamos…
El problema general es la abundancia de precipitaciones que han traído todo tipo de problemas. Para colmo se prevé un exceso de lluvias para el momento de la trilla.
En el norte de Santa Fe la situación es muy grave. Y hasta en la zona núcleo existen lotes con grandes dificultades por anegamientos, muertes de plantas, inconvenientes en la emergencia de las sojas de segunda, etc.
Para muestra sólo falta un botón: en el área de Pergamino entre el miércoles y el domingo pasados llovieron más de 130 mm.
Las napas de agua se acercan a la superficie.
Y las cosas se pueden complicar más. Miremos el reciente informe de la Secretaría de Agroindustria. Afirma la Secretaría que para la zona núcleo, el incremento en las precipitaciones de otoño golpearía duramente la trilla. Y que aumentarán “los riesgos de excesos hídricos a cosecha entre un 10% y40%, en comparación con el período 1980-2010”
La esperanza para la mejora en los precios viene de la mano de lo que sucede fundamentalmente en Brasil. Allí el clima está encendiendo las alarmas. Y no precisamente por abundancia de humedad.
No extraña que ahora los analistas estimen una producción para este país de alrededor de 115 millones de toneladas de soja, cuando al principio de la campaña se hablaba de 130 millones.
De hecho, la Conab proyecta un volumen 118,80 millones de toneladas.
A diferencia de nuestro país, acá el inconveniente se expresa en las menores lluvias.
Los déficits se aprecian en el centro y sur de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Paraná.
En cambio, en Mina Gerais, Goiás y Río Grande do Sul la situación estaría mejorando. Obviamente, tal déficit ya ha hecho mella en la productividad.
Otro gran protagonista en Sudamérica es Paraguay.
Acá la situación se asemeja a Brasil, con una visible disminución en el volumen de lluvias.
Tampoco es muy diferente el problema en Bolivia. En la parte sur, el país sufre de adecuada humedad para los cultivos.
Con un cuadro como éste, es muy probable que los valores se afirmen a medida que transcurra la campaña.