Desde los años 60, el consumo global de carne vacuna está en torno a los 8/9 kilos per cápita con una leve tendencia a disminuir, informa el Ingeniero Fernando Vilella para Mitre y el Campo. Es de suma importancia destacar, que la producción acompañó el cambio poblacional que pasó de 3000 a 7300 millones de personas, es decir, que la producción total se duplicó.
Con respecto a China, allí el consumo per cápita de carne vacuna es muy inferior, de 4 kilos por año, pequeño en relación con los casi 60 kilos de un argentino. Pero debemos tener en cuenta, que al ser 1400 millones, su consumo total es casi el triple que el de Argentina.
Recientes trabajos citados por el IPCVA, han demostrado que este consumo se duplicará, llegando a la media mundial en tal solo 9 años y alcanzando los 8 kilos per cápita. En ese momento, el consumo pasará de los actuales 5,6 millones de tn a 11,2 millones, esto está más abarcado a todo lo que es comercio mundial del año pasado.
El sistema productivo chino es muy atomizado y solo en los últimos años aparecieron rebaños de magnitud en feed lots, más del 60% de los rebaños son de solo 1 o 2 animales (fundamentalmente de trabajo en la granja) y el 95% son menores de 10 animales. En cuanto al resultado, la calidad, el progreso genético y la productividad eran de baja intensidad; pero con el correr del tiempo, esto comenzó a cambiar rápidamente al igual que ocurrió con los porcinos en las últimas tres décadas.
En 20 años, la producción de bovinos creció un 132,14%, pasando de unas 2,4 a 7,5 millones de toneladas; con sorprendente mejora en la productividad aumentando la tasa de extracción del 6% al 22%. Aun así, no les alcanzó para sostener el crecimiento del consumo.
Cabe destacar, que el comercio internacional de carne vacuna es de 9 millones de toneladas y se espera que crezca un 3% en 2018. Por otra parte, el 65% de las exportaciones mundiales de carne se divide entre 4 países (India, Brasil, EE. UU. y Australia). En la actualidad, China es el mayor importador de carne vacuna, en diez años las multiplicó por 10, siendo en 2017 de 1,4 millones de tn, que ingresaron en China más Hong Kong y Macao. Es solo un kilo por chino y por año, cada trozo del tamaño de un churrasco chico (200gr) que agreguen por año es más que todo lo que actualmente le vende Argentina a pesar de ser más del 55 % de nuestras exportaciones.
Del total solo importan 15 mil toneladas como fresco y o con hueso, originadas en más del 80 % en Australia. A partir de los recientes acuerdos comerciales firmados por el gobierno nacional se podrá exportar estos cortes premium, productos boutique. Es decir, que si en China se expandiera el consumo como en otras categorías de productos de calidad, asistiremos a una explosión de la demanda de estos productos con pocos ofertantes calificados.
Con respecto a Argentina, está exportando cortes baratos, congelados y de categorías de bajo precio como vaca, pero que resultan muy importantes para la ecuación del comercio del conjunto de cortes bajo el concepto que hay que vender toda la vaca, todos los cortes y todas las categorías al mercado que mejor los pague, integrándolos. Luego, estos cortes van a procesos de cocción larga, (ya que la calidad local no da para otra cocción), cubeteados, debido a que se consumen con palitos, no con cuchillo y tenedor.
Todas las estimaciones indican que duplicaran su consumo, en buena medida sustentada en las importaciones. En esta dinámica, es importante posicionarse lo antes posible en este mercado que no conoce la calidad de nuestras carnes. Ya que a diferencia de los europeos, no han sido tradicionales consumidores o importadores nuestros. El principal objetivo es lograr que el mercado de Argentina, obtenga un crecimiento y gran desarrollo, para convertirse en una opción asociada a calidad, sistemas sanos de producción, libre de reguladores de crecimiento o antibióticos, todo bajo sistemas de trazabilidad y certificación como los que nuestros empresarios más adelantados están empleando.