Se viene sufriendo una crisis prolongada con frentes múltiples que empujan la actividad a un callejón sin salida. Este año se han perdido tambos todos los días.
No se ha trabajado en la integración de la cadena, ni en mejorar o atemperar los efectos de la crisis a sus actores. Cada litro que produce el productor, le genera pérdida. Pese a que los valores se recuperaron se corre atrás de los costos de producción. Pareciera que la prioridad es confeccionar un tablero de monitoreo y control y lo que se busca es forzar su funcionamiento en una cadena que transita otra realidad.
Hoy la cadena de la leche, enfrenta un mercado interno contraído, una exportación errática, incertidumbre cambiaria, altas tasas de interés, conflicto de intereses, productores trabajando a pérdida, y las respuestas no son suficientes.
Creemos que seriamente es hora de definir y coordinar políticas públicas en el ámbito financiero, de mercado interno y de exportación, que permitan recuperar la actividad, con herramientas que signifiquen una mejora para toda la cadena, sin excepción.