CÓRDOBA.- Por las nuevas retenciones, el año que viene la Argentina volverá a tener una presión tributaria récord. La suba será equivalente al 1% del PBI y el principal aporte provendrá de los impuestos vinculados a las exportaciones. Los ingresos por esa vía se incrementarían 102,3% interanual.
Un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) da cuenta de la modificación del Código Aduanero con una alícuota máxima del 33% -versus el 12% actual en el presupuesto 2019 se contempla que el Gobierno pueda subir hasta ese tope los derechos de exportación- a todas las exportaciones nacionales, ya sean de bienes o servicios.
Este es un impuesto no coparticipable por norma, aunque
desde 2009 una parte estuvo atado a una transferencia
automática a las provincias (en rigor, el llamado "Fondo
Sojero" distribuía el 30% de las retenciones cobradas
exclusivamente al complejo de la soja) pero se eliminó en
agosto pasado, con lo cual lo recaudado quedó en manos de la
Nación.
El IVA (neto de reintegros y devoluciones), en conjunto
con los Derechos de Importación, crecerían en términos
reales 0,4% y 9%, respectivamente, y aportarían 0,2 puntos
porcentuales del PBI el año que viene. El impuesto sobre los
bienes personales se incrementaría 25,7% interanual. La
posible razón del crecimiento real de esta carga se basa en
la posibilidad de incrementar la alícuota del 0,25% al 1%,
aunque sólo para el caso de bienes radicados en el exterior.
La caída relativa en el resto de los impuestos nacionales
responde a la continuidad de la reforma tributaria
sancionada a fines de 2017: baja en las contribuciones
patronales por el aumento del mínimo no imponible y la
convergencia a una alícuota efectiva más baja y la reducción
de la alícuota de Ganancias que explicaría la reducción real
del 7,3% esperada para 2019. Ambos impuestos implicarían una
baja equivalente a 0,4% del Producto.
En conjunto, el total de impuestos sobre los bienes y
servicios y actividades internas cederían 0,2 puntos
porcentuales del PBI en 2019 respecto a 2018 y los aportes y
contribuciones a la seguridad social experimentarían una
caída equivalente a 0,1, en tanto que los impuestos ligados
a las actividades comerciales con el exterior avanzarían 1,3
puntos. Esta dinámica explica que la presión tributaria
ascienda un punto del Producto y experimente un crecimiento
real igual al 3% con respecto a 2018.
Comparaciones
Si la comparación es con 2015, la presión impositiva
agregada avanzaría 0,4 puntos del Producto, ya que pasaría
del 25,8% del PBI al 26,2% en 2019.
Las cargas al comercio exterior son la clave del avance: en conjunto, los derechos de importación y las retenciones serían 1,5 puntos del Producto más elevados al concluir el cuatrienio.
Hacia el interior de cada rubro, tanto los derechos de exportación como los de importación crecerían en importancia relativa en relación a 2015: 1,1 puntos y 0,4 puntos del Producto, respectivamente.
"En términos de estructura fiscal, el 2019 implicará un cambio en la política que se verificaba desde el inicio del actual Gobierno. La presión tributaria nacional no sólo que subirá por primera vez bajo esta administración, sino que quedará un 0,4% del PIB por encima de la del 2015 (nivel récord). Esto será responsabilidad del incremento en la presión de los impuestos al comercio exterior por un 1,5% del PIB comparando 2015 y 2019, ya que los impuestos al trabajo prácticamente mantienen su relevancia respecto al Producto, mientras que los que gravan las rentas y transacciones de bienes y servicios domésticos pierden casi un punto del PBI", concluyó el Iaraf.