De acuerdo a los últimos relevamientos, los mayores progresos se observan en
los estados de Luisiana, Mississippi y Dakota del Norte, arrojando como
resultado un avance nacional cercano al 15%. De no mediar dificultades, se
espera que a inicios de octubre se expanda la trilla en los campos del Medio –
Oeste, se incremente la oferta del poroto y coloque cierta presión de carácter
estacional en el segmento físico. Es así como la confirmación de un rendimiento
récord y una superficie implantada apenas inferior a la campaña previa se
conjugaría en la mayor cosecha de la historia. Según las últimas revisiones del
USDA, EE.UU. se perfila a recolectar un 6,9% más que el ciclo precedente con
127,73 mill.tn.
En cuanto a las perspectivas de demanda, la prolongación del conflicto
comercial obliga a China a minimizar, en la medida de lo posible su dependencia
de la soja de origen estadounidense. Como resultado, la oferta potencial
crecería proporcionalmente más que su demanda, dando lugar a una acumulación más
acentuada de stocks. Oficialmente se proyecta un salto del 114% en las
existencias finales a 23,00 mill.tn. Medidas en términos de consumo, dicho
remanente treparía desde el 9,3% al 19,8%. En otras palabras, el excedente de
poroto que no llegaría a ser procesado ni exportado, alcanzaría para cubrir unos
73 días de consumo promedio.
Esta coyuntura llevó a las cotizaciones del poroto en la plaza de Chicago a
retroceder sin pausa desde principios del corriente mes. Bajo esta tendencia,
las primeras posiciones llegaron a negociarse por debajo del umbral de los 300
U$S/tn durante la semana previa, tocando niveles mínimos que no se apreciaban
desde diciembre de 2008. Estos precios llamaron la atención de operadores e
industriales norteamericanos que efectuaron compras de relevancia en las
jornadas recientes, con un mercado más equilibrado en un rango de 310 – 315 U$S/tn.
Durante los últimos tres meses se ha observado un marcado impulso del
crushing en EE.UU. explicado en gran parte por la ofensiva arancelaria de China
para con el poroto de soja, pero no así con los subproductos. Teniendo en cuenta
las harinas y aceites de origen estadounidense cuentan con mercados alternativos
al gigante asiático, no fueron afectados por la aplicación del arancel del 25%.
En efecto, la caída en los precios del poroto resultó más acentuada que en el
mercado de subproductos que continuó rigiéndose por fundamentos de oferta y
demanda. A diferencia de Argentina, gran parte de los derivados son consumidos
internamente.
Cabe destacar que el margen de procesamiento analizado únicamente contempla
el diferencial combinado entre el costo de la materia prima y los ingresos
obtenidos por la venta del subproducto. Actualmente la relación existente entre
los futuros del poroto de soja y la harina se ubica en niveles ampliamente
superiores al promedio de doce meses. En las proporciones correspondientes, una
transacción de este tipo permite fijar márgenes brutos, con una cobertura
simultánea del precio de compra del insumo para procesar y el valor de venta del
producto finalizado.
A grandes rasgos podemos inferir que los mercados mantendrán esta tendencia
durante la etapa de evolución de la cosecha a menos que algún factor de índole
climática influya en la conducta de los fondos especulativos. Paralelamente,
otro factor que merece un seguimiento preciso en el corto plazo es el desarrollo
de siembra en Brasil, que transita los primeros tramos y permite estimar
tentativamente el potencial productivo para esta campaña.
Un panorama diferente presenta nuestro país que, a dos meses de concluida la
recolección, las secuelas de la sequía estival se manifestaron con una desplome
productivo de casi un 40%, no viéndose correlacionado con el ritmo de ventas del
productor. En una primera instancia, en el transcurso de la siembra y sin
indicios claros del clima adverso que se avecinaba, el monto de operaciones
forward excedía al de años anteriores: Al cierre del año, se habían comprometido
6,83 mill.tn. es decir, un 19% de la cosecha efectivamente lograda, muy por
encima de las 5,11 mill.tn. y 2,11 mill.tn. de los ciclos 2016/17 y 2015/16
respectivamente.
Hacia el 1° trimestre del año, la curva de ventas comenzó a ceder para luego
mostrar una tendencia más “aplanada” que años anteriores. De todas formas,
frente a las necesidades financieras del productor, la dinámica comercial
exhibió un retroceso proporcionalmente más limitado. En consecuencia,
tentativamente para los próximos cinco meses, los stocks físicos de soja en
manos del productor rondan las 11,50 mill.tn. y representan una caída del 56,9%
respecto al año pasado a esta altura del año. Del stock actual unas 5,25 mill.tn.
derivan de la última cosecha y las 6,25 mill.tn. provienen de remanentes viejos,
básicamente de la campaña anterior. Estas mismas cifras ascendían a 22,20
mill.tn. y 4,50 mill.tn. a mediados de septiembre del 2017.
En este contexto la estructura de precios domésticos promueve dosificar las
entregas en los próximos meses de este ciclo: Los contratos con vencimiento a
noviembre otorgan un plus de 7,50 U$S/tn por sobre los valores disponibles y
devengan una tasa implícita anual del 19,9%. Si diferimos la descarga hacia
fines de enero, si bien el premio asciende a unos 12,30 U$S/tn, el rendimiento
anualizado que se obtiene por postergar la entrega es prácticamente similar. En
cambio, si puntualizamos los futuros a cosecha, destacamos un mercado inverso
que tiende a consolidarse, situación que en un próximamente analizaremos.
Por Eugenio Irazuegui, Analista de mercados. Responsable Research en ZENI
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria