La suba en la cotización internacional del petróleo y la devaluación del peso frente al dólar llevaron a las petroleras a considerar nuevos incrementos de precios de los combustibles para octubre. Sin embargo, según supo este diario, estos aumentos serán inferiores a los de septiembre y podrían ubicarse en un promedio de entre 3% y 4%, según estimaciones iniciales de ejecutivos de la industria.
Las compañías estiman que la recomposición de precios será diferente según se trata de combustibles "premium" (que ya subieron más de un 50%) o comunes, a los que consideran que aún se encuentran retrasados en relación a sus costos. También habrá matices entre el interior y Buenos Aires. En las provincias, es probable que la suba sea inferior a la de la capital del país y el Conurbano, según los expertos en refinación.
La última suba de los combustibles -de 12%, entre incrementos por devaluación y un nuevo precio por el biodiésel que las petroleras tienen que incluir- provocó una retracción en las ventas. En una firma estimaban esa desaceleración en torno al 3% a 4% en las naftas, mientras que la consideraban alrededor de 4% a 5% en el gasoil.
"Con ese panorama, las posibilidades de aumentar disminuyen, porque ya estamos enfrentando un escenario negativo", marcaron dos ejecutivos de la industria, que pidieron no ser identificados.
El secretario de Energía, Javier Iguacel, habló de "precios indicativos" por plazas como una forma de controlar los aumentos. Esa disposición, según creen las empresas, todavía no está lista y no sería de aplicación inmediata.
En Energía hubo decepción por los aumentos de septiembre y de allí salió la acusación de "cartelización" hacia las empresas. YPF, Shell y Axion son los mayores jugadores de ese mercado.
Desde la Casa Rosada hubo una sugerencia de bajar el tono de esa disputa, o que al menos no se haga pública. Las petroleras vienen hablando en estos días con la secretaría de Energía sobre el precio del gas.
"El tema de los precios indicativos o frases por el estilo es que generan algunos temores en inversores de afuera, justo cuando más los necesitamos para Vaca Muerta", confió un empresario. "Está claro que no se trata de una vuelta al barril criollo (cuando el país pagaba un precio diferente por el petróleo decidido por las autoridades), pero da la idea que puede haber distorsiones sobre un mercado que parecía estar más ordenado y parecido al resto del mundo", puntualizó un ejecutivo.