Las empresas del sector de la maquinaria en estos días revisan sus costos más de lo acostumbrado. Y no es para menos ya que las modificaciones ocurridas en el último tiempo en el tipo de cambio, hicieron variar las relaciones de precio entre los insumos y por lo tanto también variaron sus incidencias en los referidos costos. Incluso no fueron pocos los proveedores que salieron de manera provisoria del mercado, a la espera de que se calmen un poco estas relaciones y precios.
Además, la inflación -más allá del tipo de cambio- y las altas tasas de interés han tornado dificultosa la comercialización de maquinaria con aumentos en los valores de la mano de obra, los combustibles, energía, autopartes y la mayor necesidad de capital circulante.
Es el panorama que se ha presentado en el sector desde hace unos meses, y que alcanzó un punto cúlmine la semana pasada, es decir en el arranque de septiembre, con idas y venidas en la relación peso - dólar, valor que incide en mayor o menor grado en la fabricación de acuerdo al porcentaje de componentes importados de cada producción.
No obstante, el sector mantiene sus buenas expectativas para el futuro mediato basadas en la cosechas de trigo y las siguientes de gruesa para el próximo otoño, que se esperan resulten muy buenas por cantidad de hectáreas sembradas y por rindes logrados.
Algunos protagonistas, como por ejemplo varias marcas fabricantes de embolsadoras, cabezales para cosechadoras, cosechadoras, acoplados para semilla, sostienen que la baja de las ventas entre agosto del 2017 y el mismo mes del corriente ronda un 50% o 60%, tendencia que arranca en octubre de 2017. En tractores la variación en menos es de un 28% y en sembradoras la reducción es de un 20%.
También comentan que luego de Expoagro el panorama pareció mejorar, pero transcurridas un par de semanas post feria volvió la quietud hasta la semana pasada cuando en algunos casos directamente se colocó el freno de mano, a la espera de arrancar de vuelta.
Desde la tormenta del dólar, las operaciones se detuvieron en forma prácticamente total ya sea por ausencia de demanda o porque las empresas no ofrecen productos debido a que no tienen valor de referencia. Este freno tiene que ver con el porcentaje de componentes importados que tiene cada producto y en general al finalizar la semana pasada, los fabricantes se preguntaban con qué costos seguir vendiendo.
“Venderíamos en dólares para facilitar la reposición, pero sin duda se sentiría la venta ya que la demanda está reticente a todo tipo de aumento de precio y además pelea a fondo toda operación” dijo un gerente experimentado. “Te pelean hasta el último peso y tratan de sacar ventaja a toda costa, a río revuelto ganancia de pescadores” completó.
Otra situación preocupante la pasan aquellos con mucho dinero a cobrar, de equipos financiados a largo plazo. Otros debieron deshacer operaciones, ya que “lo que compré vendí a $ 20 pesos el dólar, lo repuse a $ 30 y lo que vendí a $ 30 lo repuse a $ 40. La descapitalización fue importante.
Otro detalle no menor, que dificulta las ventas, es la falta de financiación a tasas amigables y en ese aspecto “nos defendemos con las listas canje cereal y o bien planes de financiación propia, que si no tenemos mucho cuidado terminan siendo una trampa peligrosa” explicó otro gerente de ventas. “En verdad en este momento en el mercado de maquinaria, influye más la incertidumbre que la rentabilidad del productor”, aseguró.
“Pasado el cimbronazo de la semana pasada, estamos armando las listas con los proveedores que de a poco van reapareciendo y en el mientras tanto, un buen mercado externo desarrollado durante años de trabajo, nos ayuda debido a que el tipo de cambio ahora nos ofrece buena competitividad en el exterior” explicaron desde otra empresa.
“Cuando comenzamos el año sabíamos que sería difícil debido a la sequía precedente que perjudicaron los rindes, y luego las inundaciones que dificultaron la cosecha, y otras cuestiones internacionales que complicaron el negocio, son cosas que nos hacen poner la mirada más larga que de costumbre”, afirmaron desde una empresa proveedora de diferentes equipos tales como embolsadoras, extractoras de grano, acoplados diversos.
También reconocieron que con una muy buena cosecha de trigo y luego una gruesa con buenos rindes y con el acompañamiento de un par de campañas de buenas lluvias el ambiente de negocios mejorará.
“Sabemos que el productor redoblará los esfuerzos con mucho foco en su empresa, como es costumbre. Habrá que esperar 3 a 4 meses, que finalice el año y aparecerá otro ambiente totalmente mejor”, concluyeron.