Los nutricionistas dicen que es mejor hablar de los nutrientes que se le aporta al animal en la ración más que de materia seca, tomando un rumbo más preciso en los cálculos y estimaciones. Es como en siembra, que se pasa de hablar en kg/ha a semillas por metro de surco o en las pulverizaciones de litros /hectárea a gotas por centímetro cuadrado.
En los países forrajeros del mundo los productores pasan de heno a henolaje de manera bastante frecuente debido a que, por cuestiones climáticas, dicen ellos, el heno pierde buena parte de la calidad inicial del forraje, es decir de la pastura. ¿Cuánto pierde? Bueno, depende del clima y por su puesto a clima más húmedo más pérdida. Es cierto, sostienen los que tienen experiencia, que el mayor costo del plástico para envolver el forraje se recupera con creces por la mayor productividad del forraje en carne o leche. Entonces no es un problema de costo, es un problema de rentabilidad.
El henolaje, que es de lo que se está hablando, también llamado empaquetado de rollos, o de fardos en forma individual o grupal, es una alternativa muy valiosa en zonas donde el heno tiene problemas de conservación por condiciones climáticas adversas. Sobre todo de excesiva humedad. El procedimiento consiste en cortar el pasto y premarchitarlo hasta lograr un 50 % de contenido de humedad en 10 a 18 horas, según el material enfardado.
En nuestro país, se difunde cada vez más la otra forma de conservación de forraje que es el silaje, más aún en lugares donde es dificultoso el manejo del heno debido al clima. Es que hacer heno requiere más de un día y sincronizar las operaciones de corte, hilerado y empacado. El forraje pasa horas en el campo, con el peligro de las revenidas de humedad, lluvias, vientos y condiciones que propician la pérdida de hojas y de la calidad nutritiva del forraje.
Por su parte el henolaje reúne buena parte de los beneficios del silaje, pero manteniendo el uso de las máquinas que se aplican en la confección de heno, con el solo agregado de la mesa de envolver, que no requiere de gran inversión inicial. Sólo queda analizar el gasto del plástico o film para envolver el rollo.
Por empezar baja sustancialmente el tiempo que la andana queda en el campo completando el oreado y la recolección, tiempo durante el cual aumenta la pérdida de hojas, desde el primer momento hasta que llega el empaquetado.
Es bueno recordar que hay mediciones que hablan de que se supera el 40% en pérdida de hojas. Luego durante el tiempo de conservación, el forraje sufre mucha menos pérdida de calidad en el henolaje comparado con el heno, sin pérdida de hojas y sin contacto con el aire del ambiente, el cual de acuerdo a su humedad, afecta en alguna medida el forraje. Finalmente en el consumo, el animal come con muchas más ganas debido a que se le ofrece un forraje más rico en gusto, con mayor palatabilidad.
La calve es que el forraje luego de enrollado con un 55% de humedad en la planta, es envuelto en la película de plástico (film) y antes de que pasen 24 horas la fermentación libre de oxígeno, corta todo proceso de putrefacción posterior, con lo cual se mantendrán intactas las propiedades del forraje.
Lo que ocurre ni bien envuelto el rollo, es que las bacterias en el henolaje eliminan el poco oxígeno presente y convierten los carbohidratos en azúcar y creando ácido láctico. Las bacterias y el ácido láctico no alteran la calidad del forraje y lo preservan hasta el suministro a la hacienda. Por ello será importante, que ni bien se le quite la envoltura del rollo, este sea consumido por el animal.
Asimismo, el contenido de humedad, el compactado, el estiramiento del naylon, influyen en la duración del rollo.
Otro dato de interés práctico es que la ubicación de la bobina de film en la mesa de empacado, es regulable en altura de acuerdo al tamaño del rollo. En un buen trabajo de empacado, el centro de la bobina, coincide con el centro del rollo. Los frenos para el estiramiento del film, son una de las claves que condicionan el resultado del trabajo. No olvidar que el film es stretch y con alto tacking, es decir se adhiere a la superficie envuelta y saca aire. La reducción del ancho de la bobina es del 15% cuando el film se “pega” al rollo respecto al film en la bobina.
En el avance de la tecnología para la confección de reservas forrajeras, el mercado ofrece desde hace ya bastante tiempo, rotoenfardadoras con mesa empaquetadora de henolaje en un solo equipo.