"Salvo el gasto de las embajadas, cualquier recorte en algún pega". La frase la dijo Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, delante de sus pares provinciales y sirve para entender la dureza del pulseo por el ajuste.
El esquema 2-1, con Nación absorbiendo 200 mil millones de recorte, y las provincias asumiendo 100 mil millones, es un ordenador casi simbólico porque cada medida que tomará Mauricio Macri para reducir el déficit, afectará a los distritos.
Ocurrió con el tijeretazo a las asignaciones familiares y ocurrirá con la eliminación o congelamiento del Fondo de Incentivo Docente. Esas medidas están dentro del llamado ajuste nacional pero impactan, de lleno, en las provincias.
La semana pasada, el gobierno completó la ronda de charlas con delegados provinciales y ahora mantiene "contactos" para conocer datos e informes. La Casa Rosada presentó un "menú" de recortes por 180 mil millones de los que las provincias deben "elegir" 100 mil millones.
A su vez, en otro renglón, definió un paquete de 300 mil millones para el "recorte nacional", del cual deberían ejecutarse 200 mil millones.
"La cuenta más grande es inversión pública, que son más de 100 mil millones y no sabemos donde va a impactar, cuánto en cada provincia", le dijo un ministro a Clarín para poner sobre la mesa una de las principales dudas: cómo se distribuirá el "recorte" nacional.
Más simple. Los 2/3 del ajuste, que ejecutará la Nación, permitirá un uso discrecional porque dependerá de las obras que mantenga, las que ralentice o las que directamente pase para otro período.
Por eso, la discusión del presupuesto, y en particular de qué obras quedarán en el mismo, formarán parte del debate más caliente entre la Casa Rosada y las provincias.
Quizá lo empiecen a explorar hoy Macri con Juan Schiaretti, cuando el presidente visite Córdoba con una agenda variada que compartirá con el gobernador peronista, uno de los opositores de mejor diálogo y más relación con Macri.
Luego de una cita áspera hace unas semanas, Macri espera que Schiaretti oficie de "lazarillo" en su negociación con las provincias. Pero el cordobés, aun respetado por todos, no puede resolver el dilema mayor: el ajuste no pega igual en todas las provincias por lo cual es difícil unificar posición.
Un ejemplo. El recorte de las asignaciones castigó a la Patagonia y al norte del país, por lo cual se convertirá en un tema central para algunas provincias y no para otras.
Otro. La reducción de los subsidios al transporte, que el Gobierno pretende poner en discusión con las provincias pero que, en la primera foto, concentra en uno solo de los renglones: los aportes a empresas y el subsidio al gasoil.
Eso implica unos 50 mil millones pero los gobernadores del interior quieren que se discuta todo, incluso los 20 mil millones que estiman de la tarjeta SUBA y los 40 mil millones del sistema ferroviario.
"Si discutimos subsidios de transporte, que sea todo", avisan desde una provincia.
De fondo, aparece otro asunto: Nación estimó en 300 mil millones el ajuste necesario para cumplir la meta del 1,3% de déficit mientras que un informe del IARAF calculó que con un achique de 148 mil millones, era suficiente para llegar a ese número. En las provincias dicen que ese informe tuvo cálculos erróneos.