La cadena ganadera argentina ahora mira el horizonte con ambición y sin trabas. En los próximos diez años, las exportaciones de carne podrían despegar en serio y crecer 180%, con eje en la revolución que se está dando en China -que ya es el principal cliente de los frigoríficos locales-, en donde se acelera el consumo de proteínas cárnicas por la expansión de la clase media y el desarrollo económico.
“Las exportaciones de carne vacuna podrían pasar de las 312.000 toneladas del 2017 a 870.000 toneladas en el 2027, un verdadero shock positivo de exportaciones”, proyectan Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan (el mercado ganadero televisado de la Bolsa rosarina), y Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la entidad.
La estimación surge de lo que piensan los principales operadores y protagonistas del sector, pero hay dos organismos externos que también proyectan un fuerte crecimiento de las exportaciones argentinas de carne.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) adelanta que la cadena argentina embarcará al exterior unas 512.000 toneladas (un 85% más) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), junto a la FAO, esperan que la Argentina exporte unas 622.000 toneladas hacia 2027 (un 107% más).
La producción de carne en el país también aumentaría casi un 30% en los próximos diez años y pasaría de 2.842.000 toneladas a 3.661.000 toneladas, con un crecimiento del consumo interno del 10% (que pasaría de 2.530.000 a 2.789.000 toneladas que comerían los argentinas en el 2027).
El mercado que más va a traccionar la demanda mundial de carne vacuna es el gigante asiático. “China ya representa más del 50% de las exportaciones argentinas y hay un enorme potencial para posicionarse como proveedor de carne de alta calidad, con excelentes precios”, aseguran Milano y Calzada.
En la actualidad, los chinos comen, en promedio, 6 kilos de carne anuales por persona y en diez años consumirían 8,1 kilos. Son dos kilos más en el mercado más grande del mundo, con 1.300 millones de habitantes.
“Más del 90% de la carne que importa China es congelada y sin hueso, y queda un pequeño nicho de carne fresca de alto valor que hoy ocupan Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos”, precisa el estudio. En mayo de este año, la Argentina logró la apertura de este estratégico mercado para la carne enfriada y con hueso, que es el primer paso para crecer en la venta de los cortes más interesantes.
En la actualidad -indica el trabajo-, Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda son los mejores posicionados en el segmento de alta calidad; y Argentina, Brasil y Uruguay son los “grandes jugadores” en la venta de carne para la industria. El año pasado, los chinos importaron 688.000 toneladas, que serían más de un millón de toneladas en diez años. El desafío para la cadena ganadera argentina, es capturar una porción importante de este incremento de la demanda en la República Popular.
Rusia también muestra niveles importantes de crecimiento, y se proyecta que seguirá siendo un cliente relevante para la ganadería durante los próximos años, lo mismo que la Unión Europea -donde crecieron los embarques a Italia y los Países Bajos- y destinos más cercanos como Chile y Brasil.