Una Mesa de Enlace recargada volvió a plantar bandera frente a los derechos de exportación que todavía gravan la venta de granos.
Los históricos dirigentes agropecuarios del 2008 fueron homenajeados por los actuales para conmemorar el 10° aniversario del voto "no positivo" de Julio Cobos, que derrumbó las retenciones móviles de la famosa Resolución 125. Pero en el encuentro realizado este mediodía en La Rural los ruralistas asumieron que haber ganado esa batalla no les otorgó un triunfo definitivo.
El principal saldo que dejó el encuentro previsto como meramente protocolar es que se aproximó a ser una nueva trinchera preparada para dar pelea. No hubo sonidos de tambores porque entienden que en el Gobierno de donde surgen rumores sobre cambios en el esquema de retenciones el jefe, Mauricio Macri, está en contra de esa posibilidad. Pero los ruralistas no se hicieron los distraídos y demostraron que están unidos frente a eventuales cambios.
En los últimos días, luego de una reunión con el presidente, que hace dos semanas parecía haber despejado la amenaza de las retenciones, los rumores volvieron con fuerza, incluso con pedidos públicos del gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, entre otros que insisten en que "no queda otra salida para cerrar las cuentas fiscales que frenar la baja progresiva de este impuesto a la soja".
Ese argumento fue enfrentado por un coro de 9 voces formado por los titulares de la histórica Mesa de Enlace (Luciano Miguens, Eduardo Buzzi, Mario Llambías, Carlos Garetto y Hugo Biolcatti) como también por los actuales conductores de Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria Argentina y Coninagro (Dardo Chiesa, Daniel Pelegrina, Omar Príncipe y Carlos Iannizzotto).
Y lo curioso fue que los argumentos más encendidos contra el rumor de un freno a la baja gradual a las retenciones a la soja, que algunos extienden a una reaplicación de lo mismo al trigo y al maíz, surgieron de los que ya no están en el frente de tormenta.
La pobreza la vamos a derrotar con trabajo y para eso necesitamos desarrollo económico
"El campo no pide ayuda ni subsidios, sólo que lo dejen producir", arrancó Miguens. Enseguida, Buzzi advirtió que el campo ganó posiciones desde el 2008, pero no tuvo capacidad de construir más solidez representativa, con financiamiento y comunicación. "Los riesgos, las amenazas y los buitres están siempre”, afirmó.
A los actuales dirigentes del país les recomendó que "no rompan el contrato que tienen con la producción agropecuaria. Si tienen que equilibrar las cuentas fiscales que busquen con creatividad pero no condicionen negativamente al campo, no por su caudal de votos sino por la importancia en el desarrollo del interior agropecuario".
Biolcatti les pidió a los funcionarios “que se escuchen, que recuerden lo que decían hace pocos años contra las retenciones. Y que no hablen de renta extraordinaria en un año con sequías, y precios que bajaron a la mitad”. Para cerrar, en tono de preocupación, advirtió: “Lo peor es que se está perdiendo la confianza. Que mis vecinos y yo pongamos dos vacas más a producir, o sea que volvamos a recuperarla, está en manos del Gobierno”.
Garetto consideró que “hablar nuevamente de retenciones significa que algunos funcionarios, políticos de distintos signos, no entendieron la lección de la 125, porque está claro que las retenciones son un castigo a la producción y al trabajo. Debemos tener reglas de juego claras, coherencia y previsibilidad, para encontrar equilibrios en lo económico y en lo social. Si no lo quieren entender, volveríamos a la 125 y sería lamentable porque perderíamos la oportunidad de desarrollar a toda la Argentina".
Dijo que cuando escuchó a Morales pensó que "los políticos y legisladores deben ser más sensatos, no sólo por su sueldo sino por la ética del país que deben liderar". Y luego disparó: "Debería darles vergüenza tener dinero afuera porque quiere decir que no confían en este país".
La Argentina se juega una batalla muy importante. O terminamos con el déficit fiscal, con un Estado que gasta lo que tiene, o seguimos por la fácil sacándole al que tiene un poco.
Además desestimó los tres argumentos habituales con que se justifican las retenciones: "No tenemos una ganancia extraordinaria, al contrario, hemos perdido un 8% en el tipo de cambio multilateral desde que llegó Macri; tampoco sirven para bajar precios internos y redistribuir alimentos, está visto que con retenciones hubo menos producción y la redistribución no sirvió porque dejaron un país con 30% de pobreza; y tampoco es válido el imperativo fiscal porque muchas investigaciones económicas demuestran que sin retenciones hubo un cambio positivo en la actividad económica", detalló.
Y concluyó: "La pobreza la vamos a derrotar con trabajo y para eso necesitamos desarrollo económico. Algunos pretenden achicar el país y dejarlo sin futuro".
Frente a semejante firmeza de declaraciones, los actuales titulares de la Mesa de Enlace empezaron pidiendo disculpas si no decían nada nuevo.
Pelegrina sugirió "no tropezar con la misma piedra cuando ya probamos que no funcionó. El presidente entiende que no dio resultados: significó caída de la producción de granos, del stock de hacienda, de las exportaciones de carnes, crisis láctea y de las economías regionales. Ese daño ha calado hondo y está costando recomponer. El camino es otra agenda de futuro, del desarrollo del sector agropecuario, que es el motor de la Argentina".
Chiesa fue al punto del que todos se aferran. "El presidente nos dijo, ni me hablen de retenciones. Porque empezamos y después volvemos al kirchnerismo y nosotros no vinimos para eso", reflejó.
Sin embargo, reconoció que "hay internas en el Gobierno. No son tiempos fáciles los que vienen. Esta pelea no se gana con discursos. No es tiempo de cortar rutas pero sí de estar presente con inmensa participación. La Argentina se juega una batalla muy importante. O terminamos con el déficit fiscal, con un Estado que gasta lo que tiene, o seguimos por la fácil sacándole al que tiene un poco".
"El sector privado tiene que crecer, para aportar impuestos pero sin ser asfixiado por el Estado, para tener un país mucho más vivible y que le dé oportunidad a las nuevas generaciones, con desarrollo del interior, pueblos dignos de ser vividos. Esa es la Argentina del desafío que viene", consideró.
Príncipe agradeció "a los protagonistas de la gesta del 2008 por marcar el camino". Asumió diferencias, pero se mostró convencido de que "frente a las amenazas de políticas que perjudican al campo tenemos que luchar juntos por más desarrollo productivo, para los pueblos del interior, pero también para todos los argentinos".
En tanto, Iannizzotto también bregó "para que no se vuelva para atrás, porque cuando se sacaron las retenciones, el campo ha dado beneficios para el país". Y amplió el panorama: "no sólo hay que hablar de soja, porque muchas economías regionales necesitan que se les bajen impuestos para el desarrollo y arraigo de muchos argentinos".
Consideró que "hay que ser solidarios frente al 30% de pobreza y para eso necesitamos una economía expansiva, para que crezca el país, con la riqueza y la paz social que el campo pueda ofrecer a toda la Argentina".
El cierre, el anfitrión Pelegrina se lo dejó a Alfredo De Angeli, el dirigente entrerriano que fue ícono de la protesta en 2008 y ahora es senador nacional de Cambiemos. Sin perder la expresividad que lo hizo conocido, hizo equilibrio entre las proclamas del campo y su convencimiento de que "el presidente Macri entiende este tema, escucha y está totalmente en contra. Por eso lo primero que hizo fue eliminarlas y los productores le pagamos con creces".
Puso en consideración que "hay muchos reclamos y necesidades de las economías regionales. El presidente lo sabe. Nos va a llevar muchos años y por eso necesitamos estar juntos. Que siga reclamando la Mesa de Enlace porque del otro lado va a encontrar diálogo".
Y luego buscar ese punto conciliador, remató con su grito guerrero, ahora en tono simbólico: "Juntos, ¡minga nos van a poner de rodillas!".