Estos datos surgen de un informe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (IEEyNI/SRA), a pocos días de que comience la implantación de este cultivo.
“Exactamente nueve años atrás, en la Argentina, se daba la peor siembra de trigo de los últimos ciento diez años. Esa fue la clara consecuencia de la profunda crisis que atravesó el cereal a partir de las erradas políticas de control de las exportaciones e intervención del mercado”, destacó Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, y agregó: “Esas medidas explicaron los magros resultados en la cosecha de trigo, de la última década, y también explican cómo, a partir del cambio de rumbo, nos encaminamos a cumplir el segundo récord productivo en trigo”.
Según las estimaciones del IEEyNI, esta campaña, la cosecha de este cultivo podría rondar los 19 millones de toneladas, superando a la del año anterior que fue de 17 millones.
Se espera más fertilización y calidad
También es de esperar una muy buena calidad del cereal, ya que la relación insumo producto del trigo en relación con el fertilizante es la mejor en diez años. Históricamente, para adquirir un kilo de urea se necesitaban 3 kilos de trigo, en promedio. En esta campaña, a raíz de los buenos precios que presenta este grano, se van a necesitar 2,3 kilos.
Otra de las consecuencias del cambio de política es que se volvió a exportar con regularidad, permitiendo recuperar la confianza del mercado internacional y garantizar la competencia por el grano en el mercado local.
“El trigo permite hacer uso de la tierra dos veces, en la misma campaña, y le da al productor liquidez en diciembre. Este año es particularmente importante para afrontar la caída de los ingresos a causa de la sequía. Es el cultivo que más rápido le puede generar ingresos al productor. Sobre todo, con los buenos precios que está marcando el mercado de futuros”, destacó Ezequiel de Freijo, economista jefe del IEEyNI, y agregó: “Se consolida el esquema de que el trigo, al producirse en las distintas regiones, se acerca a los lugares donde se muele y evita el pago de fletes”.
Como desafío hacia el futuro, de Freijo señaló la necesidad de “trabajar en forma integrada entre el productor y las demandas específicas de los distintos molinos o importadores, en función, de la diversidad de calidades. De manera tal de poder lograr un mejor valor, a partir de la investigación de mercado para satisfacer la diversidad de demandas”.
Fuente: Sociedad Rural Argentina