Mercados alternados
En los últimos días, los mercados de commodities agrícolas fueron alterados por el anuncio de la imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses de soja y de maíz por parte de China. Esta medida surgió en respuesta a la amenaza del presidente de EE.UU., Donald Trump , de arancelar las importaciones estadounidenses de 1300 productos de origen chino. La medida generó un incremento notable en la volatilidad en el mercado de soja.
"La reacción es lógica si se entiende que China representa el 65% de las importaciones mundiales de soja, mientras que EE.UU . es el segundo exportador mundial, con el 40% de la oferta exportable", afirma Patricio Lagger, de la corredora BLD SA. De los casi 100 millones de toneladas que puede importar China durante la campaña, la exportación se repartiría entre Brasil, Estados Unidos y la Argentina, que pueden aportar 70, 56 y 4 millones, respectivamente. La reacción inicial de la medida anunciada por China fue una caída brusca en los precios en Chicago, acompañada de una suba en las primas FOB sobre Brasil, ya que ese destino se vuelve relativamente más conveniente para los compradores chinos. No obstante, luego Chicago se recompuso por la reorientación de las ventas de EE.UU. a otros compradores.
Precios firmes
Fuera de ello, lo interesante por destacar es que los precios locales se han mantenido firmes por la disputa internacional y por la expectativa de una cosecha doméstica reducida, aunque con la amenaza concreta de importaciones por parte de la industria. Por ejemplo, esta semana se está viendo un valor disponible de 317 dólares por tonelada y de 334 dólares para la posición noviembre, que ofrece una rentabilidad de 10% anual en dólares respecto de la venta en este momento. "Los más afectados por la merma de rinde, con necesidad de entregar en cosecha el grueso de la producción, pueden aprovechar los buenos precios actuales y armar estrategias flexibles cubriendo las ventas de soja con calls sobre Chicago, a la espera de un mercado climático alcista", aconseja Lagger.
"Para el que tenga decidido retener y no quiera comprometer un precio fijo, una alternativa posible es tomar un put noviembre en el Matba y esperar el devenir de un mercado tenso. Por su parte, el analista Salvador Di Stefano observa que "los chinos, al anunciar un arancel a la soja estadounidense, se perjudicaron ellos mismos, porque el producto sudamericano subió de precio y hoy se cotiza más alto que la soja estadounidense". Con ese escenario como telón de fondo, los productores argentinos están remisos a vender.
Productos a tiro
Especulan con el desarrollo de un mercado climático y con la baja del 0,5% mensual de retenciones, lo que posterga decisiones. "La soja mayo está en 320 dólares por tonelada. Si a ese precio se le agrega lo que tiene que pagar el comprador por retenciones se llega a más de 400 dólares vs. un valor en Chicago de 385; hay un diferencial favorable para la soja argentina", calcula Di Stefano. Según el analista, los productores deberían cambiar de actitud. "Sembraron esperando un precio de US$260 por tonelada y hoy hay US$320 para mayo, aunque con un rinde inferior al presupuestado. No obstante, los insumos siguen a buen precio, con lo cual vender soja para comprarlos resulta conveniente", propone. Por otro lado, la soja subió demasiado y la hacienda no aumentó. "Lamentablemente, el agricultor no compara el precio de la soja con el de otros bienes como la maquinaria, camionetas, hacienda y el de departamentos, que están muy a tiro medidos en soja", destaca. En síntesis, en los últimos días hubo gran volatilidad en los precios de los granos y productores con pocas ganas de vender. Sin embargo, deberían recordar que los árboles no crecen hasta el cielo, que se cierne la amenaza de las importaciones y que el actual es un buen momento para canjear granos por otros bienes.
Por: Carlos Marin Moreno