Esta semana los mercados del mundo se vieron sacudidos por la escalada de
amenazas de imponer aranceles a la importación de Estados Unidos a China y
viceversa sobre una serie de productos, que incluye los envíos de soja y maíz de
Norteamérica al gigante asiático. Frente a ello, el poroto de origen
sudamericano se apreció notablemente en relación al estadounidense.
Cuando Estados Unidos dio a conocer que estudiaría la factibilidad de aplicar
aranceles sobre 1.300 productos de origen chino, afectando a un mercado valuado
en US$ 50.000 millones, el país asiático devolvió la estocada avisando que
aplicaría una política comercial equivalente sobre más de 100 bienes americanos
incluyendo, entre otros, soja, maíz, trigo, algodón, carnes, etc. De momento, la
opción de poner paños fríos parece quedar atrás cuando el Ejecutivo
estadounidense retrucó con el anuncio que estudiaría ampliar el flujo de
importaciones gravadas a US$ 100.000 millones.
Si bien la aplicación efectiva de estas medidas está sujeta aún a negociación, la decisión de Beijing generó un movimiento de precios opuesto en los precios de la soja en el mercado de referencia de Estados Unidos (CME Group) y en el local MATBA. Así, mientras que la oleaginosa se desvalorizó en Norteamérica apenas conocida la noticia, la cotización doméstica del poroto se apreció, tal como puede verse en el gráfico adjunto. Así, la brecha de la posición de futuro más cercana entre ambos mercados cayó más de un 20% en apenas 15 días.
Al mismo tiempo, el precio de referencia para el Mercado Físico de Granos de
Rosario que da la Cámara Arbitral de Cereales de la BCR volvió a posicionarse
por encima de los $ 6.000 /t por primera vez en un mes y al día jueves cerró en
$ 6.200/t, un 5% por encima de la semana anterior. Con ello, el nivel de
actividad en el recinto de operaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario
recuperó dinamismo en relación a las semanas previas.
Esta suba, además, se da en medio de un fuerte avance de la cosecha en Argentina. Según el Ministerio de Agroindustria, en la semana al 5 de abril se trilló el 20% de la superficie sembrada en Argentina, con un avance de 8 p.p. respecto al jueves anterior. Este nivel de actividad se ubica muy por encima del 5% del año pasado, del 12% de la campaña 2015/16 (ambas afectadas por severas lluvias al momento de la trilla) y del 15% promedio de los últimos cinco años.
Si bien el poroto sudamericano se ha vuelto repentinamente un producto más
codiciado, no será suficiente por sí mismo para abastecer la demanda del gigante
asiático, especialmente en una campaña tan golpeada para nuestro país como la
actual. En conjunto, las exportaciones de poroto de soja de Brasil, Argentina y
Paraguay a todo destino están en 85 millones de toneladas, cuando sólo China
importa cerca de 100 millones. Excepto que cambie la matriz de destino de uso de
los tres países mencionados, la nación oriental deberá, a todas luces, seguir
comprando en el corto plazo parte de su abastecimiento a EE.UU., incluso a pesar
del sobreprecio que le significa el arancel si éste se efectiviza. Así, la
conveniencia para China de virar el origen de la soja que consume dependerá de
la relación de precios relativa entre el grano estadounidense y el sudamericano,
una vez descontado el mayor gravamen del primero respecto al mayor costo de
flete marítimo del segundo.
Para cerrar este tema y a modo de luz de alerta, vale aclarar que una guerra
comercial real entre las dos principales potencias del mundo no abre un panorama
alentador para el crecimiento mundial en general ni para la economía argentina
en particular. Cabe retraerse a las épocas en el pasado en que el mundo viró a
políticas proteccionistas, con suba de precios de bienes básicos y caída del
comercio internacional.
Extendiendo la mirada más allá de la noticia que conmocionó al mercado en la
semana y de las decisiones de política comercial de China y EE.UU., la
publicación de estimaciones de siembra en Norteamérica que publicó el
Departamento de Agricultura (USDA) la semana pasada continúa dando algún sostén
a la soja, y si bien la semana cierra en baja, la caída ha sido algo menor a los
mínimos que llegó a tocar en las jornadas de negociación. Según el reporte del
USDA, la superficie a implantar este año ascendería a 36 millones de hectáreas,
por debajo tanto de los 36,2 M ha de la campaña 2017/18 como de los casi 37 M
que, en promedio, esperaban los operadores según una encuesta de Thomson Reuters
(TR).
De este modo, la esperanza que la mayor producción estadounidense compense la caída de la producción en Argentina fue echada por tierra y el mercado se vuelve mucho más dependiente de la marcha del clima en el Hemisferio Norte para lo que resta del año, máxime cuando su punto de partida es poco auspicioso. Según datos oficiales estadounidenses, casi la mitad del territorio americano presenta algún grado de déficit hídrico y el 25% se encuentra entre condiciones severas a excepcionales de sequía.
Por otra parte, la menor superficie sembrada con soja en el 2018 no se vería compensada con un incremento del área de maíz. Según el USDA, el cereal cubrirá 35,6 millones de hectáreas, casi 1 M menos que el ciclo productivo anterior y 0,6 M por debajo de la expectativa promedio del mercado, según una encuesta de TR. Así todo, por primera vez en la historia, EE.UU. se apronta a sembrar más soja que maíz en la nueva campaña agrícola 2018/19 tal como puede verse en el gráfico adjunto.
Frente a la noticia, el futuro más cercano en el mercado de Chicago aumentó
un 4% o US$ 5,6/t el día jueves de la semana pasada para ajustar a US$ 152,7/t
y, hacia el cierre de esta edición, logró cerrar en el mismo nivel revirtiendo
el revés que la amenaza de los aranceles de China impuso el día miércoles.
En Rosario, el maíz cierra una semana positiva en precios. El precio Cámara
del día jueves alcanzó los $ 3.500 /t, $ 140/t por encima de la semana anterior.
Las necesidades del sector exportador explican la mayor parte de esta suba, con
embarques programados para los próximos 15 a 20 días desde los puertos del Gran
Rosario por 1,4 Mt. Además, hasta el día jueves ya se habían presentado
Declaraciones Juradas por nuevas ventas al exterior por 625.000 toneladas, el
doble que la semana pasada y un 15% por encima del acumulado dos semanas atrás.
Para cerrar, si bien la cosecha del maíz de primera en zona núcleo ya cubre el 88% del área con rindes que en algunos casos sorprenden positivamente promediando las 9 toneladas por hectárea, el estado del maíz sembrado más tarde continúa siendo preocupante y la estimación de rinde promedio apunta a 5 t/ha, con lotes que ya han sido abandonados.
Por BLAS ROZADILLA - EMILCE TERRÉ