De acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Agroindustria de la Nación, durante el primer bimestre del año se procesaron 5,11 millones de toneladas de soja, un volumen 9% menor que el de 2017 y 28% menor que el de 2016, aunque vale aclarar que ese primer bimestre estuvo signado por el aluvión de ventas postdevaluación de diciembre de 2015.
La disminución mensual respecto de 2017 fue pareja: 8% para enero y 9% para febrero.
Según un informe de RIA consultores, la explicación que brindan desde la industria es la falta de materia prima para alimentar las plantas, lo que agrega capacidad ociosa en el inicio de un año que ya pinta complicado.
El estimador industrial del INDEC dio una evolución negativa de -5,1% respecto de febrero del año pasado y un acumulado también negativo de -7,4% en los últimos doce meses.
En este sentido no es menor el dato de la importación de soja desde Paraguay, que en el mes de febrero sumó 363.005 toneladas, volumen récord para un año.
Por otro lado, las compras del primer bimestre superan a las de 2017 en 47%. La participación de la sojaimportada temporalmente creció del 4% de la molienda bimestral en 2017 al 7% en 2018.
A partir de ahora, la duda es cómo resultará la actividad de crushing frente a una oferta mucho más restringida (ya se confirmó que la cosecha será de alrededor de 38 millones de toneladas) que además tendrá una peor calidad (grano verde, menor peso hectolítrico, etcétera) y de qué manera la importación puede suplir ese faltante.
Lo más seguro es que se restrinja la exportación de poroto de soja, que en todo 2018 fue de 7,4 millones de toneladas.
En tanto, no sólo la soja tiene indicadores negativos en molienda porque también se redujo la de girasol.
Durante febrero se procesaron 196.598 toneladas, un 4% menos que en 2017. Pero como enero había arrancado 26% por debajo, el acumulado del primer bimestre desciende 17%, a 426.718 toneladas, versus 512.913 en igual lapso de 2017. Fuente: Ambito Financiero