A vuelo de pájaro, puede afirmarse que la región agrícola sufre de una fuerte ausencia de lluvias.
El área pampeana tuvo algunas precipitaciones, pero, en general de escasísima magnitud.
En nuestro último comentario, hablamos de una acentuada reducción de la cosecha argentina de soja.
Pero parece que nuestro pesimismo se quedó corto.
Ahora la Bolsa de Comercio de Rosario, calcula 5,5 millones menos de producción de soja, respecto a la estimación del informe de enero y también 440 mil hectáreas sembradas menos. Además, se reduciría la superficie en algo más de 700 mil hectáreas perdidas por el problema de sequía.
Seguramente, este sea el peor año de la década actual.
Las muy elevadas temperaturas más el viento seco en un cuadro a grave falta de lluvias, la soja ha quedado en situación más que preocupante. El tema es grave porque el cultivo está pasando por el período más crítico.
De acuerdo a la BCR, producción de soja girará en torno 46,5 millones de toneladas, con un rendimiento por hectárea menor a 27 quintales.
Las expectativas no son alentadoras. Para nada. En primer lugar, porque en buena parte el estado de los cultivos es prácticamente irreversible. Y en segundo lugar, porque los pronósticos climáticos no son favorables.
En la medida que se vaya tomando en cuenta, con mayor precisión, la situación imperante es lógico prever nuevos aumentos en los precios. Pero, como venimos diciendo, cuidado con creer que la tendencia de los valores será eterna.