Según un informe de la Estación Experimental Marcos Juárez del INTA, en la
última campaña triguera, 2017/2018, el cereal si bien alcanzó altos rindes tuvo
una baja proteína en la región central del país.
El INTA Marcos Juárez hizo un relevamiento basado en el muestreo de 690.000
toneladas en acopios y cooperativas. Abarcó las subregiones II Norte, que
comprende el sur de Santa Fe, el sudeste de Córdoba y el norte de Buenos Aires y
la V Norte, es decir el centro-sur de Córdoba.
"El 70 % de lo muestreado presentó valores de proteína por debajo del 10 %, un 0,5 % inferior a la campaña anterior, pero con un contenido de gluten mayor a lo esperado para ese nivel de proteínas que permitió un comportamiento aceptable de las masas para la panificación", dijo Martha Cuniberti, experta del INTA.
El promedio de contenido de proteína fue de 9,6 % en la subregión II N y de 10,1 % en la V N. En tanto, el llenado de grano fue muy bueno y el promedio de peso de 1000 granos fue casi igual a la campaña anterior.
"Favorecidas por el buen tamaño de los granos, las cenizas en grano
estuvieron muy por debajo de lo esperado para la región central y esto permite
una mayor extracción de harina en la molinería", indicó.
En el organismo destacaron los altos rindes del cultivo. Así, en la región central y el sudeste cordobés hubo altos promedios y picos excepcionales de más de 70 quintales por hectárea.
"Las claves del éxito fueron el seguimiento y control de enfermedades -principalmente de roya amarilla, que en esta campaña tuvo incidencia desde el macollaje hasta el final del ciclo- y una muy buena fertilización con nitrógeno, fósforo y azufre, acorde a las altas expectativas de rendimiento esperadas", explicó.
Agregó que "la aplicación de nitrógeno en presiembra permitió mayor probabilidad de incorporación con las lluvias y disponibilidad en los momentos en que se construye el rendimiento, aparte de la refertilización que realizaron muchos productores".