MONTEVIDEO.- La presión tributaria sobre el sector agropecuario uruguayo
volvió a incrementarse en 2017 y se ubicó en el valor más alto de los últimos
años, lo que genera inquietud entre los productores y las gremiales del campo de
este país.
Los técnicos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) anticiparon
las proyecciones para el sector y estimaron que la presión fiscal agropecuaria
pasó de 7,9% del producto del sector en 2013 a 8,7% en 2014, bajó a 8,2% en
2015, luego a 8,1% en 2016, pero subió a 8,8% en 2017.
La Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) calculó que la recaudación estimada de impuestos del agro, descontadas las devoluciones de impuestos indirectos a las exportaciones, habría aumentado en 2017 en unos US$26 millones, lo que marca una suba de 10% respecto del año anterior.
La Opypa, que depende de la cartera de Agricultura, estimó que la recaudación para 2017 podría ubicarse en 280 millones de dólares, lo que "se explicaría en gran medida por una mayor recaudación de algunos de los impuestos que gravan la tierra y por una mayor recaudación del tributo a la venta de bienes del agro".
En diciembre pasado, las entidades gremiales del campo firmaron una
declaración para plantear al gobierno que se atienda el "costo del Estado" para
el sector. La declaración fue de la Asociación Rural del Uruguay, la Asociación
de Cultivadores de Arroz, la Asociación Nacional de Productores de Leche, la
Comisión Nacional de Fomento Rural, la Federación Rural y Cooperativas Agrarias
Federadas.
Destacaron que "se logró un franco entendimiento sobre la falta de competitividad que atraviesa" el sector, así como "el impacto que las tarifas públicas están teniendo sobre las empresas, familias y trabajadores vinculados".
Si bien habían pedido que se postergara una suba de tarifas anual en energía eléctrica y combustibles, el Gobierno mantuvo su decisión y eso se concretó el martes pasado.
El equipo económico adoptó esas medidas de suba de precios para evitar un deterioro fiscal, porque las cuentas del Estado arrojan un persistente déficit del orden de 3,3% del Producto Interno Bruto, pese al ajuste impositivo que entró a regir hace un año. "Nuestro déficit es tanto o más grave que el que acusa el propio Estado", dijeron los ruralistas.
Todos los impuestos
Los aportes del Banco de Previsión Social (BPS) por costos laborales aumentaron 19,6% en dólares, debido a un aumento de la base imponible (en pesos y a una baja del tipo de cambio). En la Contribución Inmobiliaria Rural (CIR) hubo una suba de 14,2% por ajuste del valor real de los inmuebles rurales (y también baja del dólar).
Con el Impuesto de Primaria el aumento de la recaudación fue de 12,1% en dólares. Y por el lado del Impuesto al Patrimonio (IP) la estimación preliminar da una reducción de 3% respecto al año anterior.
El Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) proyecta una recaudación neta (tras descontar IMEBA e IVA) con un aumento muy importante (62%), aunque eso se da por menor imputación de IVA, seguramente por menores inversiones y porque 2016 había sido muy bajo.
En el caso del Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios (Imeba) el aumento de recaudación es de 10% sobre el año anterior, lo que se explica en gran medida por un aumento en la facturación de carnes y leche y en menor medida de granos. La recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) dio una baja de 11% como consecuencia de un mayor precio del combustible y los servicios medidos en dólares.
En el caso del "Adicional de Imeba" para Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (MEVIR) se dio un aumento de recaudación de 15% por mayor facturación en los rubros gravados, principalmente granos y carnes. En tanto, por la "Tasa de Registro" (cajas negras) hubo una suba de 4% por mayor faena de vacunos.
En conclusión, la recaudación anual de impuestos en 2017 fue del orden de US$279,7 millones frente a los US$254 millones de 2016.
El agro logró un crecimiento moderado en 2017, pero para este nuevo ejercicio se proyecta un estancamiento, lo que genera preocupación en el sector.