FAMATINA, La Rioja.- Pasaron de la resistencia a un proyecto en pos de la ecología. Hace dos años los pobladores de Famatina y Chilecito expulsaron a la cuarta minera que pretendía explotar el oro de la zona. Y ahora, estos dos pueblos riojanos lanzan su campaña para que la zona se convierta en un parque nacional, lo que permitiría no sólo preservar a perpetuidad los recursos naturales sino que abriría una alternativa para vivir del turismo sustentable.
Desde la Administración de Parques Nacionales dijeron a LA NACION que la zona reúne las características para alcanzar el mayor nivel de protección. Los límites potenciales, diseñados con el asesoramiento de ONGs, universidades, biólogos y arqueólogos, cubren unas 90.000 hectáreas Estos son: al oeste los departamentos Felipe Varela, General Lamadrid y Vinchina; al este, la curva de nivel próxima a los 2000 metros de altura; al norte, el río El Durazno y al sur, el río Miranda. Allí se eleva el Famatina, la sierra extra andina más alta de América latina, con 6180 metros.
Once años atrás los pobladores de las 30 localidades que reciben el agua que
baja desde el Famatina empezaron a movilizarse preocupados por la cantidad que
demandaría la minera Barrick Gold para explotar el oro en las alturas. Allí
mismo, a principios de 1900, los ingleses abrieron La Mejicana, una mina cuyas
instalaciones hoy subsisten como atractivo turístico.
Los vecinos lograron frenarlo, pero hubo otros intentos que desencadenaron
nuevas marchas, campañas de difusión, acampes y cortes de caminos para impedir
el paso de las mineras hacia el oro. La movilización hizo que las empresas
Osisko Mining Corporation, la Shandong Gold y la salteña Midais, y hasta el
propio gobierno provincial, abandonaran sus planes.
Ahora todo el esfuerzo está dirigido a que prospere el proyecto de parque
nacional, figura que se complementaría con la de reserva (menos restrictiva,
permite por ejemplo la ganadería de baja carga, como la de los puesteros que
están en la zona).
"No podemos dejarle el palo y el corte de ruta a nuestros hijos y nietos, sino
el disfrute de recursos naturales maravillosos", dice Laura Mierez, integrante
de la asamblea de Chilecito. "Un parque revaloriza las economías regionales, la
producción local, y permitirá el desarrollo de las comunidades", completa
Carolina Sufich, de la Asamblea de Famatina que, desde hace un tiempo, se
concentra en "trabajar con la gente y crear conciencia de lo que implica esta
posibilidad".
Los pobladores admiten que, cuando hace varios años, algunos plantearon esta idea -con la gente todavía concentrada en la lucha antiminera- se generó desconfianza. "No conocíamos los detalles de la figura, si podía ser otra oportunidad para que algunos sacaran ventaja. Ya vimos que no es así, que nos vamos a beneficiar todos", comenta Celia Smith, miembro de la Cámara de Turismo de Famatina.
Sofía Heinonen, directora de The Conservation Land Trust (fundación del fallecido Douglas Tompkins) recorrió el lugar y está en contacto con su gente. Ella entiende que avanzar con esta protección es la solución "a largo plazo" para generar un salto pro positivo para la región. "Una propuesta superadora que cuida la naturaleza y promueve el desarrollo local con una comunidad integrada, la define.
Para que el proyecto prospere, el gobierno provincial debería ceder el cuidado ambiental de los territorios a la Nación. Hay una ley riojana (la 7292 de 2002) que declaró "parques naturales provinciales" a las "serranías del Famatina", pero fue vetada por el Ejecutivo a los 15 días de su sanción.
Sin embargo, el gobernador Sergio Casas dijo días atrás que la idea es importante: "Hay que debatirla. Nosotros queremos la protección, el cuidado de las bellezas naturales y arqueológicas. Si hay consenso, se avanzará. Eso es lo primordial".
Biodiversidad
Los expertos de la ONG Pacific Biodiversity Institute empezaron a estudiar la biodiversidad de la región en 2013, después de definirla como una de las áreas silvestres sudamericanas prioritaria, y determinaron que requería una "estrategia de conservación a largo plazo" que la protegiera y potenciara.
Una ventaja en términos de burocracia que tiene la zona es que los puesteros que hay no son más de 50, entre los de Famatina y Chilecito. Crían cabras, cerdos, gallinas y algunas vacas, todas actividades que, adaptándose a algunos criterios, podrían continuar en el esquema de "reserva nacional", que sería el que se aplicaría en las tierras que están entre los 2300 y los 4000 metros de altura. Más arriba, para cuidar glaciares y periglaciares, sería "parque".
Mario Villalba vive con sus padres en el puesto que lleva casi medio siglo en Vallecito (Chilecito). "Si hay más gente que viene, vamos a estar mejor. Nosotros a los jóvenes que hacen bici o moto por acá les preparamos algún chivito asado y comen acá", dice. Ese tipo de servicios es el que podrían, los que quisieran, prestar. No se requiere expropiarles las tierras, sino que se las delimita en la reserva.
Paulo DAlessandro, uno de los activistas más reconocidos en la lucha contra las mineras -una estrategia que unió a gente de las más diversas corrientes ideológicas y partidarias- insiste en que la explotación turística debe ser "sustentable, controlada, y con parámetros a respetar".
En la región, conviven el monte, la prepuna y la puna altoandina. La diversidad de alturas genera una fauna y una flora muy rica y variada. Entre los mamíferos, vive la taruca (el ciervo de altura que es la imagen de los billetes de $100), que es "monumento natural nacional" y está "en peligro" de extinción.
Además, en el área a conservar está el "Camino del Inca" (Qhapaq Ñan), declarado por la Unesco "patrimonio de la humanidad" en 2014. Comienza en el paraje Los Corrales, pasa por la Tambería de Chilitanca, los caminos dobles en la Pampa del Ajencal, la cuesta del Tocino y la del Inca. Abarca también la Tambería de Pampa Real, a 4200 metros de altura y dos "santuarios" ubicados en los cerros General Belgrano (6180 metros) y el Negro Overo.
"Estos pueblos tienen un espíritu ambientalista como lo demostraron en la lucha para cuidar el Famatina. Que el área se proteja hará que no vivamos siempre con el Jesús en la boca", dice Francisco Peralta, presidente de la Cámara de Turismo de Famatina. Para él, aumentar el nivel de protección será también una defensa contra los incendios que se repiten en la zona.
Protecciones
El proyecto del Parque Nacional Famatina tiene como pilares, aseguran sus impulsores, la protección biológica y el desarrollo de las comunidades locales. En el primer caso, entre los mamíferos de importancia, además de la taruca, hay guanacos, zorros, zorrinos, gatos monteses, pumas y chanchos del monte. Entre los roedores, chinchillas, tucu-tucu, cuises y ratones pericotes.
Los reptiles también representan un grupo muy importante ya que se identificaron algunos endémicos, explica Lucila Castro, bióloga de la ONG Pacific Biodiversity. Entre las serpientes hay coral, yarará chica, ñata y falsa yarará. Además, pueden encontrarse anfibios hasta los 3500 metros: entre las especies más llamativas están el escuercito común y el riojano, la ranita fantasma y la trepadora riojana.
Hay unas 290 especies de aves, de todos los tamaños y colores. El cóndor andino y el águila mora son las más importantes. Es común ver también jotes, aguiluchos y halconcitos. Entre las más chicas, están la remolinera común, el piquito de oro, el comecebo puneño, zorzales, calandrias, palomas, bandurritas , dormilonas y catas. Los picaflores también vuelan entre las flores que crecen en las quebradas,
El área de Famatina, en lo que hace a la vegetación, es atravesada por el dominio chaqueño (monte y prepuna), y el andino patagónico. Hay unas 906 especies, subespecies, variedades y formas, con 35 especies endémicas. Las plantas medicinales son muy usadas por la población.
Cuenta Castro que han trabajado con cámaras trampas y redes de niebla durante varios meses para poder identificar la riqueza de la biodiversidad de la zona que hoy busca su protección a largo plazo.