"No digo que sea fácil, cambiar a veces cuesta, requiere que nos animemos a
algo diferente, pero ya no hay más excusas para no animarse. Es ahora o nunca".
Las enfáticas palabras del presidente Mauricio Macri resonaron en el silencio
del octavo piso del CCK , donde el primer mandatario presentó ayer los
lineamientos generales de su propuesta de un "gran acuerdo nacional" a la
primera línea empresarial, sindical, judicial y política del país .
En 43 minutos de extenso discurso, el Presidente explicó las propuestas que intentará llevar adelante en la segunda mitad de su mandato. Circunscribió esas propuestas de reformas a tres ejes: variables macroeconómicas que incluyen la inflación, modificación y baja de impuestos y la ley de responsabilidad fiscal con las provincias; el trabajo como "eje de proyecto de vida de las personas" y la "República y la calidad institucional". Para algunas de esas iniciativas ya hay fecha concreta: de hecho, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , presentará hoy su propuesta de reforma tributaria en el Ministerio de Economía. No será la única cita: mañana está prevista una actividad junto a empresarios y el ministro de Finanzas, Luis Caputo , para presentar una iniciativa de asociación público-privada para obras de infraestructura, y el 9 del mes próximo los gobernadores estarán de nuevo en la Casa Rosada.
Decidido a aprovechar los buenos vientos de la economía, potenciados por el triunfo electoral del pasado domingo 22, el Presidente pidió a quienes considera miembros del "círculo rojo" compromiso y apoyo para el paquete de reformas. Son medidas que llevan su sello y que provocarán no pocas resistencias, pero que está decidido a implementar en las próximas semanas y meses.
"Tenemos que avanzar en reformas en donde cada uno ceda un poco, empezando por los que tienen poder, y no sólo hablo de la política", afirmó el Presidente. Lo escuchaban más de 150 personalidades; gobernadores y vicegobernadores de los 24 distritos; empresarios, como Daniel Funes de Rioja (UIA), Luis Miguel Etchevehere (SRA) y Fabián Tarrío (CAME); dirigentes opositores, como los peronistas Marco Lavagna y Diego Bossio; sindicalistas, como Héctor Daer (CGT), Armando Cavalieri (Comercio) y Antonio Caló (Metalúrgicos); los representantes del Episcopado monseñores José Arancedo y Mario Poli; el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y representantes de las Fuerzas Armadas, entre muchos otros.
Los gobernadores, en especial los no oficialistas, fueron incluidos por el primer mandatario en el primer eje de su propuesta. "No podemos seguir gastando más de lo que nos ingresa", afirmó Macri, y se centró en la necesidad de generar "equilibrio fiscal en todos los niveles del Gobierno". Justificó el endeudamiento externo, ya que la alternativa -aclaró- era "mentirnos emitiendo dinero sin respaldo y generando inflación". Y sobre la reforma impositiva que planteará Dujovne afirmó que la "Argentina tiene impuestos que ningún país tiene, demasiado altos" y la emprendió contra la evasión fiscal.
Un punto polémico llegó cuando el Presidente habló de una "necesaria conversación adulta y honesta sobre nuestro sistema de jubilaciones y pensiones". Afirmó además que "no debería haber jubilaciones de privilegio ni regímenes especiales" y propuso que todos "se jubilen a la misma edad", para evitar inequidades. En una conferencia de prensa posterior, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció que "en los próximos días" el Gobierno "hará su propuesta" sobre ese punto y negó que vaya a subir la edad jubilatoria. La cúpula de la CGT prestó especial atención cuando Macri habló de iniciativas que viene conversando con los gremios "para generar más trabajo y salir de la pobreza". Mencionó sin precisar tiempos una avanzada para blanquear empleados en negro y "nuevas formas de contratación". Y fue por más: criticó que hubiera en el país "más de 3000 sindicatos" y "280 obras sociales". Peña aseguró luego que todos los cambios se harían "por consenso".
Con la mente puesta en el diputado kirchnerista y abogado Héctor Recalde -ausente con aviso-, Macri prometió "seguir combatiendo los excesos en la litigiosidad laboral, que se ha convertido en el negocio de algunos vivos, la mafia de los juicios laborales". Y volvió a dejar en evidencia a los gobernadores: dijo que sólo dos -el cordobés Juan Schiaretti y el porteño Horacio Rodríguez Larreta - adhirieron a la propuesta de ley de ART. En lo que hace a las reformas de fortalecimiento institucional, Macri elogió a su ministro de Modernización, Andrés Ibarra, y sus iniciativas de "expediente electrónico" y transparencia en los datos del Estado. Volvió a ser muy duro al afirmar que los tres poderes del Estado deben ser "transparentes". A la Justicia le pidió eliminar licencias y sueldos exorbitantes, y atender más horas; y a la política, reducir gastos y puestos; habló, como ejemplo, de los "1700 empleados que tiene la biblioteca del Congreso". Para cerrar, repitió su premisa: Una Argentina "sin distinciones ni privilegios, pero con oportunidades para todos".