En el Gobierno admiten que la devaluación y el aumento del consumo impactaron
sobre la inflación de septiembre, pero ratificaron que hay una tendencia
descendente en materia de precios, más allá de que se cumplan o no las metas
fijadas por el Banco Central (BCRA). Además, altas fuentes oficiales aclararon
que ni en este mes ni en noviembre habrá suba en las tarifas de los servicios
públicos, sino recién en diciembre.
Luego del 1,9 por ciento registrado por el Indec en septiembre, las fuente indicaron a LA NACION que el impacto de la devaluación de los últimos meses influyó sobre los precios, pero en términos moderados.
"El impacto fue menor a medio punto", aseguraron en Casa de Gobierno, y destacaron la diferencia con el importante traslado a precios de 2016. Además, admitieron que el fuerte aumento del crédito registrado este año también está influyendo sobre el resultado de la inflación, pero no planean restringirlo. Al respecto, consideraron que, aunque la meta del Banco Central no se pueda cumplir este año ni tal vez el próximo, "lo importante es fijar un sendero descendente, en el que las metas son indicativas". En este sentido, las consultoras creen que la inflación de este mes apunta al 1,5 por ciento y al 23 por ciento en el año.
Los analistas creen que no hay que caer en pánico por el número de septiembre del Indec, que llegó al 1,9 por ciento, pero que el Gobierno debe hacer un esfuerzo adicional en términos fiscales si quiere que la inflación caiga por debajo del 20 por ciento el año próximo.
Esto implica, afirman, moderar el ritmo de crecimiento del crédito al sector privado que, si bien tiene un costado muy positivo para la reactivación, por el otro conspira contra el objetivo de frenar la inflación.
El director de Macroview, Pablo Goldín, dijo que "acá no hay un cambio de régimen; lo más anecdótico es la suba de la ropa en septiembre; más importante sigue siendo el conflicto entre reactivación e inflación: si sube el consumo, suben los precios. Y el tercer factor es que el régimen es inflacionario tanto del lado fiscal como monetario".
"El agujero fiscal es el de siempre y eso obliga al Banco Central a emitir más; salvo por dos episodios disruptivos de devaluación en 2014 y 2016, la inflación no baja del 20 por ciento en los últimos 10 años; sólo estuvo en el 15 por ciento en 2009 cuando hubo una fuerte recesión", explicó.
Indicó además que "el aumento del crédito es contradictorio: si sube al 35% anual, no es consistente con una tasa de inflación decreciente".
Goldín dijo que la inflación de octubre posiblemente esté más cerca del 1,5 por ciento. Gabriel Zelpo, director de Elypsis, explicó que este mes espera "un registro cercano al 1,5%, con riesgo al alza, a partir de un arrastre estadístico de 0,7% y subas programadas en cigarrillos (4%) y telefonía (4%), aunque con riesgo al alza de materializarse potenciales aumentos en prepagas (5%), naftas (10%) y gasoil (8%) luego de las elecciones; además el rubro indumentaria volvería a mostrar un fuerte aumento estacional".
"Esperamos que la inflación mensual promedio se mantenga en torno de 1,4% para lo que resta del año, por lo que, dado el dato de septiembre, elevamos nuestra proyección de inflación a 23% para 2017", aseguró.
En este sentido, indicó que "el aumento de las expectativas de inflación capturadas por el REM y la necesidad de alcanzar un registro de 1% para comenzar el año en un nivel de inflación consistente con el target 2018 anticipaban una extensión en el tiempo de la política monetaria contractiva del Banco Central. En este sentido, el nuevo dato de septiembre actúa en la misma dirección, incrementando la probabilidad de suba de tasas en lo que resta del año".
Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, explicó que "hay mucha volatilidad mes a mes, en parte por las tarifas, en parte por los saltos cambiarios que algo pegan y porque hay mucha liquidez en el mercado que el Banco Central tiene que absorber y todo no lo puede absorber". Para Bour, "el crédito ha crecido en forma exponencial y eso significa más liquidez en el mercado; algún impacto debe tener, con los bancos públicos desarmando Lebac para prestar plata a la gente", indicó.
El analista dijo que la inflación de octubre sería del 1,4 por ciento. "Posiblemente sea el mes más bajo del último trimestre", indicó, dado que en noviembre y diciembre habrá suba de tarifas de los servicios públicos.
El director de la consultora Eco/GO, Federico Furiase, dijo que "habrá una desaceleración de la inflación al 1,3 por ciento sin el ruido de estacionales, con la suba de las naftas pasando para noviembre y sólo impactando el aumento en gas; para el año proyectamos una inflación de 22,8 por ciento, en línea con un Banco Central que no tendrá espacio para relajar el sesgo contractivo de las tasas si quiere anclar las expectativas hacia la zona del uno por ciento mensual para bajar la inercia y contener las paritarias".
Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, dijo que "el dato de octubre debería ser más tranquilo luego del cimbronazo de septiembre; octubre dará 1,5 por ciento, menos que noviembre y diciembre, que tendrán suba de tarifas; así que el año cerrará en 23 por ciento a nivel nacional y 24 por ciento en el Gran Buenos Aires".