En Argentina, el girasol redobla la apuesta con un área sembrada record de 1,9 M de hectáreas para la nueva campaña.
Precios atractivos para el girasol gatillaron otro año positivo para el área de la oleaginosa en Argentina. Si bien el freno lo impone el exceso de agua en Buenos Aires, el salto significativo proviene del noreste argentino con casi un 20% de aumento interanual en su área. A nivel nacional se estima que la superficie sembrada alcance 1,9 millones de hectáreas, que, tomando un rinde tendencial de los últimos 5 años de 21,3 qq/ha, producirían 4 millones de toneladas, la cifra más alta desde la campaña 2007/08.
La forma de encarar la campaña productiva de girasol quebró su tendencia a partir de la reforma comercial en diciembre de 2015, cuando se eliminaron los derechos de exportación del 32% para el grano y del 30% para sus derivados industriales. A partir de entonces, la oleaginosa fue ganando protagonismo en la rotación y generando, además, un incentivo para la inversión en tecnología insumos y desarrollo genético
Indagando en los números del productor en la revista Márgenes Agropecuarios, si se toma como ejemplo un establecimiento del oeste de Buenos Aires (zona de referencia girasolera) con un rinde de 30 qq/ha y un precio a cosecha de u$s 260/t, el margen bruto estaría en u$s 444/ha. Con productividades menores (23 qq/ha) el margen se mantiene en terreno positivo (u$s 278/ha). En ambos casos, la entrega de la mercadería es en fábricas cercanas (80 km) del área de producción. Los resultados también se presentan buenos en un campo del sur de Córdoba, para un modelo a 125 km del puerto de Rosario.
En el recinto rosarino, el valor del cultivo disponible se encuentra en u$s 310/t y si la entrega es diferida a diciembre cotiza a u$s 300. Sin embargo, es un mercado de poca liquidez y escasos compradores activos. Hay premios de hasta 30 dólares según lote y calidad. En tanto, el valor FOB del grano argentino se encuentra en el orden de los u$s 370/t.
La cosecha del grano de girasol argentino se destina, prácticamente en su totalidad, a la producción de aceite y harina. Según las cifras oficiales, el crushing de girasol acumulado en el período enero/ julio fue incrementando linealmente desde el año 2014. En lo que va del año 2017, se llevan industrializadas 3,1 Mt, mientras que para la campaña 2016/16 la estimación oficial del Ministerio de Agroindustria ubica el procesamiento todo en 3,45 Mt.
La mesa de los argentinos, como buenos consumidores de aceite de girasol, se queda con 700 mil toneladas, mientras que la exportación se lleva 660 mil toneladas. En base a las estadísticas de Oil Word, las exportaciones de aceite de girasol en el mundo son lideradas por Ucrania con 5,5 millones de toneladas, seguido de Rusia (1,9 millones). Ambos orígenes compiten con las exportaciones del aceite argentino (3er exportador) por su cercanía los principales centros de consumo (India, Unión Europea y China).
Tal como se puede observar en la siguiente hoja de balance mundial de aceite de girasol, la producción para la campaña 2016/17 se estima en 18,6 Mt, marcando una suba interanual del 17%. Pese a este significativo incremento de la oferta, lo llamativo es el comportamiento del consumo que creció prácticamente a la par que la oferta (+ 15% y/y), teniendo en cuenta que es una variable más estable. Si bien la relación stock/consumo pasa del 12,6% en el 2015/16 al 13,2% en la campaña 2016/17, este incremento es relativamente moderado teniendo en cuenta el gran salto productivo.
Los precios atractivos del aceite de girasol frente al resto de los aceites competidores gatillaron las compras de los principales países importadores elevando el consumo a 18,14 Mt. El precio FOB en el Mar Negro en los meses de abril/mayo 2017 marcó una caída del orden de los 70 dólares por tonelada, razón por la cual las compras por parte del Medio Oeste resultaron más del doble respecto al volumen importado en la campaña 2015/16. En paralelo, el consumo de la Unión Europea también superó las expectativas iniciales. La tendencia de la alimentación humana hacia opciones más saludables sumado a la versatilidad del aceite para otros usos (ejemplo: generación de electricidad) son algunas razones de la preferencia del aceite de girasol por parte de los europeos.
En tanto, como se puede apreciar en el siguiente gráfico, el precio FOB en los puertos argentinos presenta una clara competitividad frente a los países del Mar Negro, pero como anteriormente fue mencionado, el costo del traslado es el punto débil de Argentina.
Para la campaña 2017/18, el consumo del aceite de girasol global intensifica la tendencia alcista hacia 18,46 millones de toneladas, que, frente a una producción proyectada algo más acotada, la relación stock/consumo caería a 12,7% dándole un soporte a los precios.
Como corolario final, la industria alimenticia tiende a volcarse hacia aceites más nutritivos, con alta cualidades culinarias e industrializables. El aceite de girasol alto oleico, al presentar un alto contenido de ácidos grasos insaturados, es menos susceptible a cambios oxidativos durante las frituras, el almacenaje o la refinación. En este sentido, las diferentes calidades del aceite de girasol argentino presentan el potencial de satisfacer los diversos nichos de mercados locales e internacionales.