El exceso de lluvias preocupa cada vez más a la cadena de trigo. Se teme que los excesos de agua que primero quitaron área de cobertura a las intenciones de siembra y luego dejaron lotes fuera de juego, comiencen ahora a impactar también sobre la calidad potencial del grano al aflorar enfermedades.
En la zona núcleo específicamente, el relativamente cálido y húmedo invierno adelantó las etapas fenológicas de los cultivos, y parte de las siembras de la región núcleo atraviesan su etapa crítica de definición de rindes cuando aún no comienza octubre. En el sur de Córdoba y Buenos Aires, en cambio, la preocupación viene del lado de la escasez de agua que comienza a afectar el desarrollo de las plantas, tal como muestra el mapa adjunto de la Oficina de Riesgo Agropecuario nacional.
Respecto del impacto en el mercado, si bien se venía descontando cantidad de trigo para la campaña próxima (el área sembrada no ha podido subir todo lo que el productor deseaba, por lo que bajo un escenario normal de rindes la producción 2017/18 quedará un escalón por debajo del ciclo pasado), ahora el precio se acomoda a las expectativas de calidad.
En el recinto de operaciones de nuestra Bolsa, los valores ofrecidos hacia el cierre de esta semana quedaron por encima de la semana previa. Abiertamente se pagaban hasta $ 2.750/t por la descarga inmediata, pero para lo que es trigo nuevo de la próxima campaña se ofrecieron US$ 158/t, por encima de los US$ 155/t que era usual escuchar en las sesiones previas.
En tanto sigue vigente la pretensión de los exportadores de asegurarse la mercadería, destacándose las compras por adelantado del sector por 3,3 millones de toneladas, el mayor volumen para esta altura del año de las últimas cinco campañas y prácticamente totalizando una tercera parte del saldo exportable total estimado.
Lo anterior sin prejuicio, además, de los casi 12 millones de toneladas que llevan comprado del cereal en la campaña actual, el mayor volumen histórico para mediados de septiembre y que ya les permitiría pasar al siguiente ciclo comercial con un stock en manos del sector exportador de entre 1 y 2 millones de toneladas.
La molinería, en tanto, si bien no bate récords históricos con compras de trigo de la campaña actual por 4,2 millones de toneladas más 53.000 t de trigo nuevo, se destaca en la gran proporción de las operaciones que se realizaron bajo la modalidad a fijar. Para el ciclo en curso éstas representan el 25%, muy por encima del 17% de la campaña anterior y del 19% promedio de los últimos años, mientras que en el caso de trigo nuevo la modalidad a fijar representa al 40% de las transacciones, cuando en año pasado se trataba del 1% y el promedio de los últimos cinco años es 13%.
Habiéndose largado la etapa crítica de definición de rindes para el trigo argentino, los ojos del mercado en las próximas semanas estarán puestos sobre el clima. Después del renovado impulso que ha cobrado la exportación del cereal en la actividad de la cadena agroindustrial argentina los últimos dos años, es necesario que las condiciones meteorológicas acompañen para que no recaiga el ritmo de nuestras colocaciones.