Mientras desde el Ministerio de Agroindustria el drama de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires y La Pampa ya se convirtió en una herida difícil de sanar, desde las entidades agropecuarias advierten que los próximos meses la cuestión podría empeorar fácilmente, si tan sólo se cumple con los promedios de caídas de agua que se dan normalmente en dicho período.
Es que los meses de octubre, noviembre y diciembre son por lo general los que mayores precipitaciones registran a lo largo del año, principalmente en la provincia de Buenos Aires. "Nos tiene muy preocupados. Los suelos están muy saturados y entramos en la época que más llueve. Las inundaciones se van a mantener porque en los pronósticos vemos una situación de precipitaciones normal para los próximos meses", afirmó Pablo Ginestet, integrante de Carbap y delegado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en la Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios (CNEyDA).
El especialista estuvo en la reunión que se llevó adelante en la sede la cartera que lidera Ricardo Buryaile, donde la CNEyDA recomendó prorrogar la emergencia agropecuaria en la provincia de Córdoba, y declararla para Santa Fe y Chubut, además de analizar la situación de la provincia de Buenos Aires y agilizar los trámites para incluir la reciente prórroga de la declaración provincial de emergencia agropecuaria decretada por La Pampa.
Según explicó el ingeniero agrónomo Esteban Copati, Jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la superficie total afectada supera ya las 7 millones de hectáreas. Sin embargo, destacó que en el corto a mediano plazo no se espera una pronta recuperación ya que las obras que se están haciendo llevarán tiempo en ejecutarse: "Detrás de todo esto hay un problema grave de infraestructura", afirmó. Se estima que el gobierno está acelerando obras por un monto total de u$s 500 millones.
Tal como graficó un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las
lluvias arrebataron de la siembra 150.000 hectáreas de trigo en Buenos Aires y
ya se calculan 100.000 hectáreas pérdidas de lotes implantados en el centro,
oeste y noreste de la provincia. En La Pampa serían 35.000 hectáreas las que no
se cosecharían. Allí, las explotaciones agrícola-ganaderas más afectadas están
en los departamentos de Realicó, Chapaleufú, Maracó, Trenel, Quemú-Quemú,
Catriló y Rancul, principalmente.
En tanto, en la provincia de Córdoba, cuyos representantes presentaron el decreto provincial que prorroga la emergencia agropecuaria hasta el 31 de diciembre de este año, el área dañada incluyen las cuencas hidrográficas de los sistemas Santa Ana, La Picasa, Laguna Jurne, Río Saladillo, Río Quinto, Morteros, Río Carcarañá, San Francisco, Laguna del Siete y Río La Paraguaya, en toda su extensión. También las cuencas del Río Primero (Suquía), Río Carnero y Río Salsipuedes, Río Jesús María y Río Pinto, Río Totoral y Arroyo Macha, Río Bustos y Arroyo del Pescadero, Río de los Tártagos y Río Seco, Río Dulce en sus porciones inferiores a la cota de 150 metros sobre el nivel del mar establecida por el Instituto Geográfico Nacional; y los Sistemas Arroyo El Gato y Arroyo Santa Catalina, Río Cuarto, Río Tercero, Arroyo Chazón, Arroyo El Chato, Arroyo Tortugas y Cuenca Río Segundo (Xanaes) en sus porciones inferiores a la cota de 300 metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, en Santa Fe los departamentos donde se declaró la emergencia agropecuaria por inundaciones (hasta el 31 de diciembre), son los de Vera y General López.