Compra estratégica
También influye en esa conducta tranquila la amplia disponibilidad de productos que ofrecen las compañías, garantía de precios estables. "Se nota más demanda de insumos para maíz que cuando había retenciones, con intenciones de alcanzar altos rindes con tecnología de punta", observa Enrique Bayá Casal, titular de una agronomía con oficinas en Buenos Aires.
"Los híbridos más demandados son los de alto potencial, que se cotizan en un rango de US$ 150 a 180 por bolsa, preferentemente los que tienen genes "apilados" como RR y resistencia a las diversas plagas del cultivo", agrega. Los fertilizantes siguen con precio accesible. La urea se vende a US$ 320 la tonelada y el fosfato diamónico, a 460 dólares, lo que da lugar a muy buenas relaciones insumo/producto con el maíz.
Girasol y soja
Bayá Casal también observa una demanda sostenida por semilla de girasol de parte de productores de las zonas tradicionales del cultivo, en función de su mayor precio comparado con la soja. "Se busca sembrar temprano, con híbridos de alto potencial y tecnología Cl", define, al tiempo que avisa que los materiales más demandados tienen una disponibilidad limitada. Algunos productores demandan semilla de girasol alto oleico, pero en menor medida que en años anteriores, al derrumbarse la prima de precio a sólo el 10%, luego de haber tocado el 40% en años anteriores.
La semilla fiscalizada de soja se vende a US$ 24 dólares la bolsa de 40 kg. "Hay stocks holgados y muchas empresas ofrecen el producto pelleteado con insecticidas y fungicidas", apunta el empresario. El glifosato común se cotiza a 2,50 dólares por litro y el premium, a 3,70 dólares. "Hay mucha oferta y competencia en agroquímicos", afirma Bayá Casal. Además, ha crecido exponencialmente el mercado de herbicidas para hacer frente a las malezas resistentes.