"Sí, por supuesto". Seguro, sin dudar, el jefe de Gabinete, Marcos Peña,
respondió ayer a la pregunta de este cronista sobre si el Ministerio de
Agroindustria mantendría su categoría después de las elecciones de octubre
próximo.
Tras abrir el seminario "Argentina Visión 2020/40", organizado por la Universidad Austral y la firma ADblick Agro en el Ministerio de Ciencia, Peña desterró los rumores que preocuparon en las últimas semanas a productores y empresarios agropecuarios sobre la posible transformación de Agroindustria en Secretaría, como parte de un plan de reducción de gastos del Estado.
La cuestión inquietaba a los ruralistas porque temían que el campo volviera a
quedar en segundo plano, como tantas otras veces en la historia argentina.
Aunque coinciden en la necesidad de bajar el déficit fiscal, creen que un
ministro tiene acceso directo al Presidente o al jefe de Gabinete, mientras que
un secretario de Estado tiene que hacer un paso más en la cúpula de cualquier
gobierno. Les pesaba también la memoria histórica: en 2001, durante los últimos
meses del gobierno de la Alianza, Agricultura llegó a ser apenas una
Subsecretaría.
En su presentación frente a casi 500 empresarios y productores agropecuarios, Peña recordó que en el comienzo de la gestión de Mauricio Macri "hubo una apuesta muy grande al sector agropecuario, que fue el primero en responder, en invertir y en ser el motor de desarrollo del crecimiento argentino". Ya en tono de clima electoral, el jefe de Gabinete pidió: "Tenemos que definir si somos la generación que va a cambiar la Argentina para siempre o si este será un capítulo más de frustración en nuestro país".
Como la consigna del encuentro era el mediano y largo plazo, Peña dijo que "la Argentina ha demostrado que viviendo sólo de lo nuestro no puede generar bienestar; tenemos que integrarnos con mucho orgullo y mucha autoestima a un mundo que nos recibe con las puertas abiertas".
El auditorio sintonizaba con esa declaración: más del 60% de las divisas que ingresan al pais por exportación de bienes se generan por las actividades agroindustriales.
En el siguiente panel, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, dijo que el mayor desafío que tiene la actividad es aumentar las exportaciones agropecuarias que contienen mayor valor agregado. Dio números: explicó que apenas el 2,37% de las exportaciones argentinas a China e India son alimentos con un grado de elaboración más avanzado que las commodities. El horizonte de mediano plazo es atractivo. El ministro de Agroindustria dijo que de los 4900 millones de personas que, se calcula, compondrán la clase media en 2030, el 60% estará en el sudeste asiático.
Acompañado por su ex colega de gabinete Alfonso Prat-Gay, el ministro de Agroindustria dijo que el otro objetivo de aumentar las exportaciones de alimentos con valor agregado es que éstos representan el 50% de la mano de obra ocupada en el sector. Pero Buryaile y el ex ministro de Hacienda coincidieron en que la Argentina debía solucionar el problema de la pobreza. "El índice del 30% nos obliga a superarnos", dijo.
Con esa visión coincidió el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, que destacó que el aumento en la calidad y la cantidad de alimentos permitirá un circulo virtuoso con la generación de inversión y empleo en la actividad agropecuaria. "Pedimos reglas equivalentes a las que tienen nuestros competidores", dijo el ruralista, quien elogió las medidas tomadas por el gobierno de Macri.