Como responsable de productos coadyuvantes de Rizobacter venimos observando que históricamente los herbicidas residuales se aplican con abundante volumen de agua buscando optimizar la aplicación y llegada al blanco. Lo cierto es que esta es una lógica incompleta ya que el agua posee valores de tensión superficial demasiado altos para lograr el correcto mojado del pan de suelo (receptor de la aplicación y refugio del banco de malezas).
Para mejorar los resultados hasta hoy conocidos es necesario modificar la
tensión del agua y habilitar algún mecanismo que le permita al herbicida
residual difundir entre las partículas de suelo más eficazmente. Y para ello
están los coadyuvantes formulados en base a siliconas.
En Estados Unidos, esta estrategia es muy frecuente en el "corn belt", donde el
uso de herbicidas residuales se encuentra ampliamente difundido, con años de
experiencia de respaldo. Pero en la Argentina es relativamente nuevo ya que las
ventajas del coadyuvante se valoraron respecto de su funcionamiento sobre los
tejidos de plantas o insectos, pero no en la tierra.
Desde esta perspectiva, la aplicación del herbicida residual junto al
coadyuvante es recomendable para preparar lo que se denominan barbechos. En
estas situaciones, lo que se quiere evitar son las malezas desde el momento de
la pulverización en adelante. Así se controlan las sucesivas germinaciones de
semillas de malezas y llegar al momento de siembra del cultivo con malezas en
estadios avanzados.Para las aplicaciones de barbecho largo, lo más importante es
que el efecto de control dure el máximo tiempo posible de acuerdo a cada
molécula herbicida, abarcando una amplia ventana en el ciclo. La acción efectiva
del coadyuvante garantiza, así, el ahorro de tiempo e insumos propios de
controles extras.
Cuando se aplican productos residuales tales como atrazina, metsulfuron y otros
(que requieren de varios milímetros de lluvia o riego posterior para activar su
actividad en suelo) con un muy buen tensioactivo organosiliconado, se puede
lograr que el ingrediente activo hidratado difunda y moje mejor los agregados y
pequeñas aglomeraciones de suelo, que es donde se localizan las semillas de
malezas que, de otro modo, al emerger no podrían ser controladas fácilmente.
Además, se logra un uso del herbicida más eficiente y amigable, al dispersarse
mejor en los primeros centímetros de suelo, disminuyendo la proporción del mismo
que hubiera percolado por los poros de mayor diámetro del suelo, perdiéndose de
la zona donde se busca control. Al evitar que el herbicida se lave o escurra
fácilmente en la superficie sin mojar los agregados del suelo porque la misma
formulación del coadyuvante posibilita ingresar el herbicida por los poros más
pequeños.
Así, la elección de los coadyuvantes comienza a ser, cada vez más, un tema de especificidad. Si bien esto demanda más consideraciones a la hora de la elección, vale la pena tomar la responsabilidad. Los efectos y el retorno en la inversión así lo demuestran.