No debemos olvidar que, con sus 55 millones de toneladas de soja sobre un total mundial de producción de más o menos 330 millones de toneladas, nuestro país es también formador de precios.
Es cierto que tiene menor gravitación que EE.UU. y que Brasil, también. Pero, la realidad es que tiene un peso considerable.
Los números lo dicen. La Argentina es el mayor exportador mundial de aceite y harina de soja y el tercer exportador global del poroto sin procesar.
¿A qué se debe esta afirmación?
A que si existe un interrogante que impera en los agronegocios del mundo, hoy, es el referido qué va a suceder con la cosecha de la Argentina.
La incertidumbre crece día a día.
Cuantificar los daños por las excesivas y generalizadas precipitaciones en plena cosecha resulta una tarea de adivinos. Las pérdidas de peso en granos y el deterioro de la calidad comercial son fantasmas que impiden el sueño de muchos.
Desde el jueves/viernes pasado, la zona núcleo ha visto reaparecer las máquinas en las lomas.
Y desde el sábado, la cosecha empezó a generalizarse. Obviamente, en aquellos potreros con piso. Por cierto, muy ajustado.
Para la zona núcleo, se coincide en que al menos 3,5 millones de hectáreas (fundamentalmente de soja de segunda) aún están sin trillar. El retraso es muy visible.
Así están las cosas. El mercado internacional no parece haber tomado conciencia de ello. Evidentemente, la extraordinaria cosecha de Brasil, como una cortina de humo, oculta el ambiente de incertidumbre que reina en la producción argentina.
A los problemas de piso en los lotes, se agrega el estado de los caminos. El enojo por parte de productores y propietarios con las municipalidades se agudiza con el paso de los días. La falta de mantenimiento en los caminos y el aumento de la tasa vial resultan en un cóctel explosivo.
Aquellos que no puedan usar los caminos, por el estado de los caminos, recurrirán a los silos bolsas. Bendita invención.
En tanto, los precios no muestran signos de mejorar.
El cuadro revela el comportamiento de los valores desde que comenzó el año.
Para peor, el dólar sigue un derrotero negativo. El Banco Central elevó la semana pasada la tasa de interés de referencia al 26,25%. De esta forma, el dólar sentirá la presión a la baja en el mercado local.