La prédica proteccionista del candidato republicano alentó a la Junta Nacional de Biodiésel (NBB, en sus siglas en inglés) de los EE.UU. a presentar una demanda en Washington por dúmping contra las importaciones de biodiésel de la Argentina e Indonesia. No es la primera vez que esta organización, que agrupa a productores de biocombustibles y exportadores y procesadores de granos, quiere impedir la competencia. Hace dos años cuestionó la aprobación de la Agencia de Protección Ambiental del gobierno norteamericano (EPA, en sus siglas en inglés) al biodiésel argentino como energía renovable sustentable.
El Departamento de Comercio de los EE.UU. aceptó la demanda y abrió un
proceso que puede afectar las exportaciones argentinas de biodiésel por unos
1240 millones de dólares, que representan el 90% de las ventas externas del
producto.
La semana próxima comienza un largo proceso cuasi judicial que, para una fuente
de la Cámara de la Argentina de Biocombustibles (Carbio), presenta "chances muy
bajas" de que sea favorable para el país pese a que, aclara, los argumentos
argentinos contra la acusación de dumping y aplicación de subsidios son sólidos.
"Podemos demostrar que la industria de biodiésel de Estados Unidos creció pese a
las importaciones de la Argentina, que apenas representan el 20% del mercado",
agregó la fuente de Carbio. Además, se cuenta con el antecedente del fallo de la
Organización Mundial de Comercio (OMC) a favor de la Argentina contra un reclamo
similar de la Unión Europea. No obstante, el Departamento de Comercio de los
EE.UU. podría aplicar una medida provisional mientras continúa con la
investigación.
"La acusación es muy endeble", dijo Néstor Roulet, secretario de Agregado de
Valor del Ministerio de Agroindustria. El Gobierno activó una suerte comité de
emergencia entre Cancillería, Agroindustria y Producción, junto con el sector
privado, para defenderse de la acusación. La canciller Susana Malcorra confirmó
que el biodiésel será tema de agenda en la reunión que mantendrá el presidente
Mauricio Macri con Trump el 27 de este mes. Al mandatario norteamericano se le
presenta un dilema porque la Argentina tiene un déficit comercial con los EE.UU.
de 2200 millones de dólares anuales. No es México ni China.
Aunque lo asume como prioridad política, el gobierno argentino les soltó un
reproche a los industriales locales del biodiésel. "En la NBB están sus
empresas", deslizaron. Cargill, Bunge, Louis Dreyfus y ADM integran, con derecho
a voto, la NBB. También Dow y John Deere, aunque no con derecho a voto. Del otro
lado respondieron y aclararon: "Competimos entre nosotros, funcionamos como
empresas separadas".
El sector privado, además, tiene objeciones hacia el Gobierno. Hace unas semanas el Ministerio de Energía subió 1,5% los derechos de exportación al biodiésel (los fijó en 6,38%). "Aranguren (Juan José, ministro de energía) mantiene el mismo esquema para fijar las retenciones móviles que creó Moreno, con una unidad interministerial que no tiene responsable y no se sabe cómo se maneja", dijo Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación de Biocombustible e Hidrógeno.
"El presidente Macri le pidió hace poco a su par español Mariano Rajoy que abra el mercado de biocombustible y Agroindustria tiene planes para aumentar el corte, pero la gestión del Ministerio de Energía con el biodiésel es mala", se quejó Molina.
Sin embargo, el Gobierno quiere demostrar que respalda las energías renovables que vienen del agro. El miércoles pasado, el presidente Macri recibió a directivos del Centro Azucarero Argentino y a las cámaras de la industria del alcohol de Tucumán y el NOA. Los industriales le informaron sobre sus planes de inversión, del ingreso del etanol de azúcar al sistema eléctrico y le agradecieron por haber aumentado hasta 12% el corte con etanol en naftas. También le pidieron subir ese porcentaje. "Lo vamos a hacer, estamos trabajando con el Ministerio de Ambiente y las terminales automotrices y en el mediano plazo vamos a ir a un mecanismo de libre competencia en 2021", con el etanol de maíz les respondieron.
Más allá de los traspiés y las controversias, la transformación de los granos en combustible es vital para la producción. En un contexto de precios a la baja no habría que descuidarla.