La Sociedad Rural Argentina (SRA) realizó un informe con propuestas en torno de los problemas que afrontan los productores de granos con el IVA.
Como informó esta semana La Nación, otra vez volvieron las demoras en la devolución del IVA en los granos, con casos de cinco a seis meses. En los granos, en la venta hay una tasa de IVA del 10,5%. De eso, se retienen 8 puntos. De acuerdo a la resolución 2300/2007 de la AFIP, el 87,5% de las sumas retenidas debería devolverse a los 45 días de la fecha de vencimiento en la presentación de la declaración jurada del IVA del período fiscal en el cual se hicieron las retenciones.
La Rural propone reducir el porcentaje de IVA retenido, puesto que a los fines fiscales con una pequeña alícuota de retención alcanza. Y se evita instrumentar un sistema que retiene el impuesto que luego se devuelve a los 60 días, precisa en su trabajo.
Además, considera importante instrumentar un mecanismo más rápido para la devolución del IVA retenido en la venta de granos, "a fin de evitar los costos financieros que hoy los asume el contribuyente". También destaca la necesidad de incentivar el régimen anualizado de IVA.
"Volver a la situación anterior a la resolución AFIP N° 1745/04, a fin de que el impuesto se coordine con el ciclo productivo. De esta forma se evitan los mayores costos financieros y económicos que genera al productor el formato mensual, de forma tal que se permita volver a aplicar los saldos a favor del contribuyente sobre débitos fiscales anteriores", indica el trabajo de la entidad. Para la Rural, otro aspecto relevante consiste en impulsar en forma generalizada la posibilidad de recuperar de manera acelerada el IVA de las inversiones.
Situación en el sector
El IVA es un impuesto que aplicado adecuadamente es neutro y, por lo tanto, no debería afectar al sector agropecuario. El IVA funciona neutramente mientras las alícuotas de compras y ventas sean las mismas y exista flexibilidad y rapidez al momento de compensar los saldos a favor del contribuyente. "La pérdida de la neutralidad a causa de estos dos factores generan automáticamente costos financieros que los asume el productor. Estos costos se agravan con contextos inflacionarios", indica el trabajo.
Según recuerda el informe, en las formas el sector cuenta con la posibilidad de optar por la declaración jurada anual del impuesto, a causa de la marcada estacionalidad de tipo zafrera que presenta el sector agropecuario. No obstante esto, "diversas resoluciones posteriores han ido generando un desincentivo a la adopción de este instrumento establecido originariamente por la norma, con lo cual en la mayor parte de los casos hoy los productores optan por el formato mensual, asumiendo el costo financiero del funcionamiento del impuesto que imprime esta actividad".
Además, con el objetivo de mejorar la recaudación del impuesto la autoridad de aplicación también fue introduciendo diversas modificaciones que fueron alterando la neutralidad del impuesto, "por tanto hoy el sector convive con buena parte de las compras que realiza a la tasa general del 21%, y alícuotas reducidas para las ventas tanto en granos como en carnes al 10,5%", se explica.
"A esto hay que agregar las distorsiones que generan los regímenes de adelantamientos de los impuestos y sistemas de retención a cargo de los intermediarios que generan costos financieros al productor", recuerda la Rural.
Por su parte, consigna el trabajo, el establecimiento de los registros, tanto para los granos como la carnes, sumado a la aplicación de retención, percepción y pago a cuenta, instrumentados con el fin de adelantar la recaudación y mejorar la fiscalización, terminaron poniendo, a la misma realización del comercio, por debajo del cumplimiento tributario.
"Tal es el caso de las limitaciones que plantea el actual sistema de comercialización en la venta de granos, que en muchos casos por causa de algún incumplimiento de un deber formal menor, se le impidió a los productores aprovechar la oportunidad de aumento temporal de precio para realizar su negocio, dando origen en primer lugar al deterioro de la misma fuente que genera el impuesto, sumado a las distorsiones en el normal funcionamiento del mismo que generan altos costos administrativos, de incertidumbre fiscal, financieros y de oportunidad comercial", afirma.
"En este punto, el sector suma una nueva discriminación, puesto que para el caso de los granos y las carnes los productores deben inscribirse en un régimen especial que otros sectores de la economía no lo tienen", subraya. "Estos registros (granos y carnes) si bien se instrumentan con el objetivo de que los que están dentro del registro cuenten con el beneficio de una alícuota de retención menor, generan altos costos para los que están fuera del registro o están suspendidos", concluye.