De acuerdo con un reciente informe del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, se estiman para el domingo “abundantes precipitaciones para las zonas ya afectadas por las inundaciones con la probable caída de entre 75 y 100 milímetros, dada la masa de aire tropical sobre el centro del país”.
Según las estimaciones de último momento, este evento climático podría afectar al norte de Buenos Aires, este y noreste de Córdoba, sur y centro de Santa Fe y Entre Ríos.
“Las lluvias –detalla el informe–, estimadas para los próximos días en Santa Fe, afectarán esta zona semanalmente y mermarán en febrero y marzo pero, la dinámica de napas hará lenta toda recuperación”.
En este contexto, desde el Instituto instan a “seguir con frecuencia los pronósticos para el fin de semana y advertir a todos los responsables para las previsiones del caso, como ser actividades de manejo o logística, movimiento de hacienda, alimentación de rodeos, casas o urbanizaciones en áreas bajas o cercanía a cauces.
“Dada la continuidad de eventos y la dinámica de napas, esta situación de afectación y emergencia podría prolongarse hasta la próxima primavera en las áreas más bajas”, agrega.
Para Pablo Mercuri –director de Centro de Investigaciones de Recursos Naturales del INTA Castelar– resulta “imprescindible” la anticipación a los riesgos para convivir mejor con la variabilidad climática interanual y geográfica.
En este sentido, fue más allá y aseguró que “el acelerado descalabro climático puso a la ciencia en deuda con la sociedad” y agregó: “Debemos trabajar sobre los extremos de los análisis climáticos, concretar obras y sistemas de monitoreo y, por sobre todo, implementar estrategias de adaptación para minimizar el impacto de los riesgos climáticos”.
“Luego de que el año comience con un enfriamiento leve, el Océano Pacífico está en condiciones neutras”, detalló Mercuri quien, además, explicó: “Son otros los factores atmosféricos y oceánico que influyen en la continuidad de este ciclo húmedo sobre el centro del país”.
De acuerdo con el especialista, fueron las condiciones antecedentes del Niño 2015-16 las que incrementaron las situaciones de riesgo hídrico y emergencia. “Es que las napas quedaron cercanas o en superficie y los sectores bajos y deprimidos ocupados por aguas superficiales”, detalló.