Hoy lunes, el mercado internacional amaneció con subas muy visibles.

En el mercado de Chicago, los futuros para los granos gruesos ajustaron en suba. La soja cerró con alzas, por ventas técnicas. A su vez, el maíz ajustó con ganancias, por una acentuada demanda de exportaciones.

Pero realmente… ¿qué pasó?

El viernes pasado, el USDA dio a conocer el informe trimestral de existencias al 1º de septiembre. Y los volúmenes publicados resultaron inferiores a los previstos por el mercado.

En el informe, las existencias de maíz al 1º de septiembre pasaron a ser de 44,10 millones de toneladas, por debajo del nivel previsto de 44,55 millones previsto.

Es cierto que este nivel está muy por encima del promedio histórico, pero también está claro que quedó por debajo de lo esperado por el mercado. Y, además, no resulta muy diferente del correspondiente al período 14/15, cuando fue de 44 millones de toneladas.

Respecto a las reservas de soja, el USDA relevó un stock al 1º de septiembre de 5,36 millones de toneladas.

Aunque se trata de un volumen superior al de 5,20 millones correspondiente a igual fecha del año pasado, la realidad es que está por debajo del nivel de 5,47 millones que había previsto el mercado.

Como vemos, los actuales números del USDA son inferiores a las expectativas existentes hasta el viernes.

Por otra parte, el USDA calculó la cosecha de trigo en EE.UU. en un volumen de 62,86 millones de toneladas, visiblemente inferior al de 63,16 millones proyectado en su reporte del mes pasado. También está por debajo de 63,22 millones, que es número que estimaba el mercado.

Por todo ello, ese mismo viernes, Chicago mostró subas, salvo para el trigo cuya oferta es demasiado elevada. En definitiva, el mercado de trigo sufre de una sobreoferta global, fundamentalmente, en la mayoría de los exportadores tradicionales del grano fino.

Muy atrás quedaron aquellos días en que la soja lograba superar el nivel de USD 600. Sin embargo, no es demasiado optimismo tomar como escenario posible el que en un futuro no lejano los valores se aproximen a los alcanzados en junio pasado.

Veamos el gráfico.

Así las cosas, aún con altos stocks, la soja no muestra signos claros de posicionarse por debajo de $4.000 en el mercado local.

Es curioso porque la industria necesitaría un precio menor para industrializar la soja, para hacerlo económicamente. Según la BCR, el precio FAS teórico para la industria debería girar en torno a USD 241, cuando la realidad muestra que debe pagar alrededor de USD 255.

Otro aspecto del mercado internacional se daría en torno a las expectativas de la próxima cosecha gruesa en América del Sur. Porque, bien sabemos, las expectativas forman precios actuales.

Los operadores podrían estar tomando en cuenta que la región del Mercosur tendría rendimientos por debajo de la tendencia. En otras palabras, es posible que la producción sea menor a la esperada por motivos climáticos.

Los expertos coinciden en que la primavera -y buena parte del verano- sufrirá período de escasez de agua. De hecho, septiembre lo ha sufrido.

Afortunadamente para la Argentina, octubre arranca con precipitaciones.