BRASILIA (EFE).- Brasil confía en la demanda asiática para ampliar su participación en el mercado agrícola mundial desde el actual 7% hasta el 10% en cinco años, aseguró ayer el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en una rueda de prensa. Agregó que los acuerdos comerciales que la delegación brasileña hizo en la reciente gira por siete países asiáticos pueden generar negocios por entre 1500 y 2000 millones de dólares y ayudar a Brasil a convertirse en el responsable por la décima parte de las exportaciones mundiales de alimentos.
La delegación comercial, encabezada por Maggi y compuesta por numerosos
empresarios del sector, negoció la ampliación del comercio agrícola de Brasil
con Vietnam, Malasia, India, Corea del Sur, China, Myanmar y Tailandia y una
mayor apertura de esos países a carnes, granos y lácteos brasileños.
Maggi, uno de los mayores productores brasileños de soja, aseguró que escogió Asia como el principal blanco de sus gestiones para abrir mercados en el exterior por ser el continente que concentra el 51% de la población mundial y por el alto potencial de crecimiento económico y de aumento del consumo. Brasil, uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos, es líder en productos como carne de pollo, soja, café, azúcar y jugo de naranja. Sin embargo, aún enfrenta restricciones en algunos países asiáticos, principalmente para el ingreso de sus carnes.
El ministro dijo que uno de los principales resultados de su viaje fue el
inicio de una negociación con Vietnam para que ese país reabra su mercado a las
exportaciones brasileñas de carne bovina, porcina y aviar. Agregó que con
Malasia avanzaron las negociaciones para la apertura a la carne de pollo y que
el país asiático aceptó mandar técnicos para inspeccionar los establecimientos
brasileños.
En Corea del Sur, la delegación brasileña completó una de las últimas fases en el proceso que abrirá el mercado de ese país a las exportaciones de carne porcina, inicialmente la procedente del Estado de Santa Catarina.
En la India, donde se acordó la venta de productos como madera, cuero y
pescados, también fue impulsado un acuerdo por el que la empresa UPL se
comprometió a invertir 1000 millones de reales (unos 303 millones de dólares) en
la construcción de una planta para productos agroquímicos en Brasil.
"Es difícil medir el resultado de la visita en números, pero podemos decir que conseguimos comprometer entre 1500 y 2000 millones de dólares en negocios", afirmó Maggi, pero reconoció que es difícil saber si esos negocios finalmente se traducirán en cosas concretas y sostuvo que al menos cumplió la misión como ministro, de "generar un ambiente propicio para la firma de contratos entre las empresas privadas".
El funcionario afirmó que Brasil necesita diversificar sus exportaciones agrícolas hacia los países asiáticos, muy concentradas hasta ahora en la soja, e identificar nichos de demanda de "productos de mayor valor agregado".