La agencia de noticias Reuters indicó que esta retracción es evaluada como un primer paso en la nueva política del gobierno chino, de restarle estímulos a la producción del cereal debido a las abundantes existencias domésticas. En ese sentido, la superficie sembrada fue estimada por el organismo con una caída de casi el 5%, en 36,3 millones de hectáreas, sin embargo, ese retroceso será compensado, en parte, por rindes más elevados que los de 2015.
En medio de la debilidad de los precios del maíz en los Estados Unidos, el
volumen de la cosecha de China es otro de los puntos de atención para el
mercado, dadas las elevadas reservas del cereal en ese país. Según la opinión de
analistas, incluso con una disminución gradual de la superficie plantada y con
un impulso al consumo, a partir de los precios más bajos, "podría tomarle años a
China deshacerse de sus abultadas existencias".
El ministro de Agricultura de China dijo recientemente que la superficie cultivada con maíz se estabilizaría en torno de los 33,3 millones de hectáreas hacia 2020. Acerca de la soja, la producción china en 2016 se prevé con un alza del 12,9% respecto de 2015, en 13,1 millones de toneladas, luego de la expansión en un 11% de la superficie sembrada.